Amor e Instinto

Capítulo 4.

A – Claro, pero iré con ustedes, no quiero arriesgarme a que algo pase

K – No te preocupes Alex yo protegeré a Sam de cualquier cosa

S – Además no quiero que Rubi se quede sola aquí

La pelirroja suspiró derrotada, ella tampoco quería dejar a su cachorra sola, pero no podía evitar preocuparse por su pareja, una alfa emparejada es muy territorial, pero sabe que puede confiar en que Kara cuidará de ella con su propia vida, así que solo asintió aceptando que se fueran, así lo hicieron, Kara comenzó a caminar a lado de Sam para guiarla hasta la casa donde estaba la humana que había estado cuidando todo este tiempo

Llegaron al lugar y Kara le pidió a Sam que esperara un momento, primero necesitaba saber si la chica ya estaba tranquila, no iba a poner en riesgo a la pareja de su mejor amiga, entró observando a la pelinegra sentada con la espalda recargada en el cabecero de la cama, estaba viendo a la nada, como si estuviese perdida en sus pensamientos, Kara se acercó con sumo cuidado intentando no asustarla y se sentó en el borde de la cama

Lena enfocó su mirada en la rubia y sonrió lanzándose en un abrazo que tomó por sorpresa a la rubia frente a ella, pero correspondió el gesto, la pelinegra había tenido mucho miedo durante unas horas, recordaba el gesto molesto de la chica cuando salió de la casa ante la negativa de la pelinegra con la inyección, por un momento temió por su vida, al verla salir en ese estado su mente se llenó de escenarios en los que la rubia la abandonaba a su suerte y quedaba a merced de todos los que la habían atacado

Se recriminó, la rubia había sido muy buena con ella todos estos días, * ¿cómo pude negarme a algo de ella, pensar que podía hacerme daño? * su mente giraba en torno a lo que tendría que hacer para sobrevivir si la ojiazul decidía no cuidarla más, a lo que posiblemente tendría que acceder para evitar que la mataran, era una estúpida, tentó demasiado a su suerte y ahora podría perder

Pero todos esos pensamientos quedaron a un lado cuando vio a la rubia entrar y acercarse con sumo cuidado como siempre lo hacía, no se resistió y la abrazó sintiendo como en ese gesto tan simple se iban todas sus preocupaciones, luego de varios minutos se alejó un poco y observó a su compañera quien la observaba sorprendida y eso la hizo sonrojarse, se alejó unos centímetros y sonrió recibiendo la misma respuesta por parte de su anfitriona

La rubia comenzó a señalar la puerta y luego a Lena, esto la hizo pensar que tal vez le estaba diciendo que venía alguien a verla, lo cual le pareció muy extraño, pues desde que Kara la había traído a esta casa, no se permitía que nadie llegara, las veces que la habían atacado era porque ella salía de ese lugar, por un momento el miedo la volvió a gobernar

*¿Y si trajo a alguien que se encargue de mi porque ella ya no quiere? * deseaba que no fuera así, la rubia era su lugar seguro y no quería perderlo, pero pensándolo bien tenía que obedecer así que asintió aun con miedo y cerró los ojos, no quería ver lo que se venía, sintió a la rubia levantarse de la cama y caminar hacía la puerta, ella aún con los ojos cerrados apretó sus puños queriendo darse valor

Sam había esperado pacientemente afuera de la habitación, pero comenzaba a desesperarse un poco, ya que no escuchaba ruido alguno en el interior, iba a tocar cuando escuchó pasos acercarse así que supuso que ya la dejarían entrar y así fue, Kara abrió la puerta indicándole que pasara la castaña así lo hizo y antes de cruzar la puerta comenzó a hablar para que la chica la escuchara

S – Hola ¿hablas inglés? Me serviría para poder ayu...

Las palabras quedaron atoradas en su garganta cuando vio a la chica sentada en la cama, de todos los escenarios que se había imaginado nunca esperó que esto pasara, frente a ella estaba su mejor amiga, aquella con la que compartía ideas y que habían decidido estudiar la misma carrera para descubrir el universo juntas, estaba sorprendida