Amor e Instinto

Capítulo 10.

Luego de admirar por un largo tiempo a la pelinegra comer, Kara por fin se acercó a ella, manteniendo esa radiante sonrisa, los sentimientos de la rubia crecían a una velocidad incontrolable y eso no le molestaba en lo más mínimo, al contrario, se sentía muy feliz de poder experimentar tales emociones, llegó hasta la mesa y Lena la observó con la boca completamente llena, haciendo gestos para dar a entender que la comida estaba deliciosa

K – Me alegro de que te guste, si quieres puedo enseñarte a cocinar, así puedes decidir cuál es tu comida preferida y preparártela siempre que quieras

L – Te lo agradecería, no quiero ser una molestia siempre

La rubia observó con un gesto reprobatorio ante el comentario

K – No lo digo por eso, para nada eres una molestia, además amo cocinar, simplemente pensé que te gustaría aprender un poco de gastronomía de este planeta

L – Sería lindo

Kara sonrió, le gustaba que por lo menos Lena ya no estuviera a la defensiva contra ella, eso la hacía sentir muy feliz, pensaba que podía acercarse más a la chica y tal vez enamorarla

K – Bueno una vez que termines de comer nos iremos a la casa

Lena hizo una mueca prácticamente invisible a los ojos de Kara, pero la familiaridad con la utilizó el término de la casa la hizo sentir incomoda, por momentos se olvida que no debe acostumbrarse a estar ahí, la rubia por su parte caminó un poco por el laboratorio pues ya se había sentido un poco incomoda estando parada a lado de la pelinegra mientras esta comía, era como invadirla, así que decidió caminar

Mientras daba vueltas por el lugar notó algo que le llamó la atención, estaba bajo algunas cajas, era una especie de polvo o piedra, no sabía explicar bien que sería, pero tenía un esplendor rojo, estaba viendo directamente ese reflejo y sintió algo dentro de ella, una sensación muy extraña, pero que una vez más no supo explicar, supuso que era parte del trabajo de la pelinegra y que si lo había puesto debajo de todo eso era porque no quería que lo vieran

Así que decidió alejarse pues no quería invadir el espacio que ella misma le había proporcionado a la chica, siguió caminando mientras observaba posters de anatomía Kriptoniana y algunos libros, realmente no llegaba a comprender mucho de lo que veía, por lo que mejor regresó sobre sus pasos y volvió con Lena justo cuando esta terminaba su comida y lucía satisfecha

K – ¿Estás lista?

L – Si, muchas gracias por la comida

K – De nada, lo hago con mucho gusto, ahora ¿nos vamos?

L – Claro, te sigo

Ambas comenzaron a caminar directas a la casa que compartían, Lena ya no podía decir con seguridad cuanto tiempo llevaba en ese planeta, y tampoco podía asegurar cuanto tiempo le tomaría salir de ahí, pero por lo menos ya no estaba tan asustada y ahora tenía en que distraer su mente, además de planificar su escape, así que ahora sería un poco más llevadero el tiempo, ya no solo pasaría sus días contemplando las paredes de la habitación donde dormía

Su rutina se comenzaría a parecer a la que tenía en la tierra, trabajar prácticamente todo el día y llegar en la noche a casa solo para dormir, aunque también extrañaba su whisky, tenía la costumbre de tomarse unos cuantos vasos antes de dormir mientras observaba las noticias para monitorear si su madre había hecho algo más y que ella tuviera que sufrir las consecuencias solo por tener el apellido Luthor

Pero la bebida era deliciosa, tal vez deba preguntar a Kara sobre algún tipo de alcohol que tengan ahí, podría recuperar esas rutinas de la tierra, al menos en lo que puede hacer algo para volver, Lena no se había dado cuenta de que todo el camino se la pasó divagando en su mente hasta que frente a ella estaba la puerta de entrada de la casa de la rubia, sin decir nada ambas ingresaron y fueron directas a la recamara