4. Greenwall

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Llegamos a la preparatoria Greenwall por la mañana. Trevor me acompañaba ya que mis amigas no podían venir. Me llamaron entusiasmadas, deseándome suerte y prometiendo que me llamarían cada día.

A mi madre le solté la idea del campamento, primero se opuso pero mi capacidad para convencer era muy buena y le prometí que la llamaría a menudo.

- Recuerda poner voz grave, saludar a los chicos con un "¿qué pasa, colega?" o simplemente un "Hey, tío" lo que prefieras...y, ah muy importante, esconder tu preciosa voz de pito- dijo de carrerilla Trevor y soltando una carcajada y un golpe en el hombro por mi parte.

- No seas capullo- dije riendo y abrazándolo- No te preocupes Trev, todo va a salir bien. Te mantendré informada.

Trevor me guiño el ojo y se despidió con la mano mientras se alejaba con su camioneta de segunda mano. Yo me quedé mirando el edificio mientras un seguido de chicas iban cogidas de la mano mientras reían, unos tíos practicaban, un profesor se estaba sacando...¿un moco?. Que asco.

Suspiré repetidas veces mientras una voz en mi cabeza me decía: "Eres Vince Gradoville, a por todas". Vince, un tío, sí.
Me dirigí hacia recepción para averiguar qué habitación tenía. Allí me recibió una mujer de mediana edad con el pelo recogido en un moño y los ojos pintados, la cual llevaba una placa con el nombre de "Martha".

-Tu nombre- dijo con una voz ronca sin mirarme.

-Vince, Vince Gradoville- dije intentando poner mi mejor versión de tío.

La mujer anotó algo y me miró con cara de indiferencia.

- Tu habitación es la 56- dijo entregándome una llave- Supongo que allí tu compañero te lo enseñará todo. Bienvenido a Greenwall, chico.

Yo le sonreí sin mostrar los dientes y me dirigí hacia el pasillo dónde se encontraba mi habitación. Llegué y toqué la puerta para asegurarme de si había alguien. Al ver que nadie abría, la abrí yo con mi llave y entré.

Tenía dos camas; una perfectamente hecha y la otra revuelta con la ropa de mi supuesto compañero esparcida por encima y por el suelo. Joder, ya me ha tocado un compañero desordenado. Delante, había una mesa larga con varios libros encima y al lado un armario lo suficientemente grande para dos personas.

Suspiré y me senté a la cama hecha. Dejé mi bolsa y me dispuse a poner mi ropa en el armario y, evidentemente, intentar esconder los tampax, compresas y tangas en un lugar secreto.

Cuando lo estaba ordenando todo oí la puerta cerrarse de un golpe y me puse rígida. Mi compañero de cuarto desordenado y sin sentido de la limpieza había llegado. Cerré el armario y lo ví; tenía el pelo castaño y desordenado, los ojos verdes y un cuerpo atlético. Llevaba la chaqueta del equipo de lacrosse. Un total dios griego.

- Hey ¿qué pasa, tío?- me golpeó amistosamente el hombro y rió- Tú debes ser mi nuevo compañero.

- S..sí- titubeé poniendo la voz grave.

Esto no podía estar pasando. El tío más guapo de la preparatoria no podía ser mi compañero, esto causaría una gran distracción. Pero tenía que seguir con mi plan.

- Guay- rió enseñando una sonrisa ladeada.- Soy Joel.

- Yo Vince- dije- ¿Formas parte del equipo, verdad?

- Exacto, colega. Soy el capitán- se giró para mostrarme la chaqueta verde de la preparatoria la cual llevaba su apellido escrito; Dunham.- ¿Serás el nuevo jugador?

- Eso parece- me encogí de hombros

- Bueno, pues te presentaré a mis colegas de equipo, vamos. - dijo divertido.

- Es que tengo que instalarme aún y...todo.- dudé.

- Anda, no seas moñas- hizo un gesto con las manos- Tienes tiempo después.

Yo asentí y lo seguí hacia la cafetería dónde se encontraba casi toda la preparatoria desayunando. Miré a mi alrededor y los tíos casi lo vitoreaban y lo saludaban y las chicas no paraban de gritar su nombre, aunque Joel hacía caso omiso de sus chillidos.

Joel se sentó a una mesa con tres tíos más que llevaban la misma chaqueta que él. Yo lo suspuse como una invitación y me senté a su lado.

- Tíos, este es Vince- me presentó- Ellos son Byron- un chico rubio no muy alto-; Wade- con el pelo negro perfectamente peinado; y Casey- el pelo castaño le caía por la frente.

- Encantado, tíos- todos me hicieron un leve gesto con la cabeza y siguieron comiendo.

- ¿Jugarás con nosotros?- preguntó Byron.

Asentí con la cabeza.

-Y...¿de dónde vienes?- esta vez me encontré con los ojos de Casey que casi no se le veían por su pelo.

-He estado dos años en la preparatoria de Freemon. Jugaba con el equipo de ahí.

- ¿Freemon no es contra quién jugaremos en el campeonato?- preguntó Joel mirándome.

Asentí levemente.

-¿Y porqué has venido ahora?- dijo esta vez Wade que no había articulado palabra.

- A mi padre lo han contratado en una empresa de aquí- mentí.

Los tres me miraron fijamente y asintieron.

-¿Sabes que vamos a machacar a Freemon verdad?- dijo Joel riendo y chocando las manos con sus amigos.

- Bueno, mejor- me gané golpes amistosos en mi hombro. Aunque...demasiado fuertes.

Cuando salimos de la cafetería, me encontraba en el despacho del entrenador Scott. Me dio la bienvenida a Greenwall y me informó que los entrenamientos para el campeonato empezaban a las 6. Tenía tiempo para llamar a Sadie y a Lesley.

- Tío bueno, ¿qué tal va?- preguntó Lesley riendo.

- He conocido al capitán del equipo de lacrosse, ¡es mi compañero de cuarto!

- Y ¿qué pasa con eso?- pregunto Sadie esra vez cogiendo el teléfono.

- ¡Pues que está bueno! Y eso es una gran distracción- me quejé.

- Pero aver ¿te ha pillado o algo?- preguntó Sadie

- No, de momento no. Os dejo, chicas tengo entrenamiento ahora- me despedí haciendo ruidos de besos.

- Buena suerte, llámanos y no te distraigas con el tío bueno del capitán- gritaron las dos haciendo que yo rodase los ojos.

El entrenamiento surgió mejor de lo que esperaba; mostré mis habilidades por las cuales llevo practicando muchos años y el equipo, incluido Joel, me felicitó. El entrenador Scott me comunicó que estaba dentro y yo no podía estar más feliz, aun así tenía que ir con cuidado para que no descubriesen mi verdadera identidad.

She's The BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora