Reafirmación.

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[Omnipresente][27/10/21]

La manera romántica, ¿eh?

Podría decirse que el romanticismo no se puede describir sino hasta sentirse. El amor es fácil de entender, mas no el romántico. ¿Cómo saber si alguien te gusta? ¿La apariencia es importante para el hecho de enamorarse?

Muichiro no sabía la respuesta a ninguna de esas preguntas ni ninguna otra relacionada a ellas. Lo que sí sabía, es que a Tanjiro lo veía como un amigo, pero sabía que había un algo adicional. No tenía claro cómo llamar a ese sentimiento, así que decidió llamarlo 'gustar'.

Porque realmente le gustaba, así como le gusta el curry, lo mismo con el sol, o las rosas.

Pasa que, lo que sentía por Tanjiro era una sensación un poco más fuerte. No lo suficientemente fuerte cómo para ser abrumador. Era muy conmosionante estar tan sólo a su lado, verlo y escucharlo. Sentir su precensia era suficiente, escuchar su risa era secretamente lo que siempre buscaba.

¿Es ese sentimiento algo que se podría denominar de otra manera? ¿Será un gustar romántico?

– Tanjiro, me... enamoré de ti, romanticamente. – dijo, evitando mostrar su rostro, por el inmenso rubor que este almacenaba ahora. Aunque seguía notándose en sus orejas, que estaban tan rojas como una cereza.

– Oh. – Tanjiro realmente no sabía qué decir, en realidad imaginó esta escena de confesión algo distinta, aunque seguía siendo agradable. Había estado repitiéndose a sí mismo que los sentimientos de Muichiro no eran de esa manera para convencerse un poco. Era una acción cliché, con una razón aún más cliché. 'Para no lastimarse', si es que eso tiene sentido.

– Si no me correspondes de ese modo, está bien. Estaré feliz si seguimos siendo amigos. – pronunció Muichiro unos segundos después de que Tanjiro soltara ese seco 'Oh.'. Un pequeño escalofrío de miedo recorrió su espalda al pensar la posibilidad de perder a Tanjiro.

– No, no es eso. Muichiro, a mí también me gustas de esa manera. Sólo que recién me dí cuenta de que estuve asumiendo tus sentimientos y me resigné. Si ayer no hubieras dicho nada, seguramente nunca lo habrías sabido. Lo siento. – luego de ese pequeño shock, continuó frotando suavemente su mano enjabonada contra la espalda de Muichiro.

– Oh. Wow, espera, un segundo, ¿Q-Qué dijiste? – Muichiro al fin se dignó a mover un poco su cabeza para mirar a Tanjiro.

– ¿Que cosa? ¿Lo siento? – contestó confundido.

– No, lo de antes. Repítelo, dilo de nuevo. – un perceptible brillo de ilusión brilló en sus ojos de mar.

– ¿Eh? Lo de... ¿Lo de que me gustas? Ah, sí. Me gustas mucho. – el peliburdeos declaró esas palabras conmosionantes con su inocente sonrisa. Tan honesta y pura cómo siempre.

Muichiro puso sus manos mojadas en su rostro ardiente, aún procesando. Inconscientemente, él también se había resignado a que Tanjiro tuviera algún tipo de sentimiento romántico hacía él. Realmente pensó varias veces en lo inalcanzable que llegaba a ser en algunas ocasiones. Digo, era amable, realmente lindo, y estaba seguro de que mucha gente también lo consideraba un ser adictivo.

– ¿De verdad? – formuló Muichiro con sus limitadas fuerzas mientras separaba medianamente sus manos de su cara para que se le escuchase.

– ¿Hm? Pues sí, tú sabes y siempre supiste que no sirvo para mentir... ¡No me gusta que me sangre la nariz! – una corta risita salió de Muichiro en respuesta.

– Entonces, ¿Qué hacemos ahora? –

– ¿Qué quieres hacer? –

– Quisiera... Denominarnos una pareja. Cómo tú me gustas, al menos yo quisiera verte y sentirte un poco más. Digo, cuando algo me gusta quiero hacer eso, obviamente me pasa eso contigo, tiene sentido, ¿no? Y pues las parejas siempre están más unidas, es decir... se toman de las manos, se besan, y... y- – fue interrumpido por la mano tapando su boca de un Tanjiro sonrojado.

– No hables... No sé si mi corazón pueda soportarlo. –

◇◇◇

Pasaron un par de minutos en silencio, es difícil de explicar que ambos se sentían ciertamente relajados, pero por otro lado, también estaban nerviosos. Era una dualidad interna complicada de sentir.

El caso es que, el baño terminó. Ahora Muichiro tenía ropa suelta, holgada como siempre. Estaba cómodo, por fin sentía armonía sensorial. Era increíble, no tenía frío ni calor, no quería arrancarse la piel, sentía que al fin había encontrado 'la zona'. Y para completar, Tanjiro estaba ahí a su lado, con su uniforme escolar aún puesto.

En realidad no había pasado tanto tiempo, sólo unos 30 minutos desde que Muichiro despertó y todas esas vivencias ocurrieron. Es decir; el casi-desmayo, la salvada del mismo, la tomada de la pastilla, el baño y su conversación.

Ahora, los dos estaban sentados en el futón de Muichiro, el cuál era el único en la habitación porque el de Tanjiro ya había sido acomodado en el armario. Los dos estaban contra la pared, esperando que el contrario hablara primero. Al parecer, Tanjiro empezó la esperada conversación.

– Entonces, dices que quieres acercarte más a mí porque te gusto. Y cómo las parejas hacen eso y se forman de esa manera, nos estaríamos autodenominando novios. Yo... También quiero eso, pero tengo una pregunta. ¿Sólo nos acercaremos físicamente? O sea, b-besos y... esas c-cosas de pareja. – el peliburdeos trataba con sus mayores fuerzas no verse vulnerable de alguna manera. Muichiro notó eso, entonces simplemente decidió actuar como lo habitual. Miró al techo y meditó un segundo.

–  Hm... Pues creo que, sí quisiera de manera física, pero también quiero que me cuentes lo que te gusta en estas situaciones. No sé si quieras que te trate con apodos cursis, o si prefieres que te trate igual que siempre. No sé si se me entiende el punto... –

– ¡Estaba pensando en eso! La verdad no me molestaría lo de los apodos, pero sí quiero conocerte más a fondo, en todos tus sentidos. Para adorarlos todos de la manera correcta. Quiero decir- ¡La manera correcta es de la manera que a tí te guste! – colocó una mano en su rostro, avergonzado. Nunca pensó realmente que diría esto en voz alta.

Muichiro tomó con cautela la mano de Tanjiro más cercana, y el peliburdeos correspondió claramente mientras ocultaba su cara con su mano restante. Eso era una acción común entre los dos, como ya mencioné antes, aunque ahora que habían declarado esos sentimientos mutuos, se sentía un poco menos "infantil" de alguna manera.

– Oye, Tanjiro. – con su mano derecha, la cual era la que se encontraba libre, tocó suavemente el mentón del contrario.

– Tanjiro... – el pelinegro pronunció otra vez. Ahora, con esa misma mano, acercaba un poco su rostro y el del avergonzado a su lado, el cual lentamente iba quitando su propia mano, dejando ver su rostro enrojecido.

– Tanjiro, quiero besarte. ¿Me das permiso? – declaró el ojiazul, ya con ambos estando muy cerca y con sus narices chocando. Tanjiro miraba con su cara toda colorada, dando un tenue y leve 'Si' apenas audible y tartamudeante.

En un pequeño milisegundo, ya sus labios estaban unidos. Era una unión superficial, todavía especialmente emocionante. Ambos temblaban un poco, se agarraban de las manos con cariño.

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Rosas. [MuiTan/TanMui] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora