Las bestias

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'Cansado' era lo que describía exactamente a Genya en este momento.

Todo sucio, todo lleno de sudor, cargando diversas armas, que saco de distintos cobertizos y casas abandonadas a causa de los demonios devora familias, y con estas les podía dar pelea a los demonios, aunque principalmente se ayudaba con su 'habilidad', la misma que descubrió en ese día en el que toda la felicidad de su mundo se fue, y fue reemplazada por pura ira y vacío.

La habilidad de comerse a los demonios y usar los mismos trucos suyos en su contra.

¿Cómo sabía de esas criaturas?

Simple, la gente sabe cosas y las viejas cotillas y hombres locos existen, haciendo que mas o menos se pueda orientar en el comportamiento de aquellas bestias.

Pero el mérito de que supiera ya de los demonios es para su propio padre.

El que se transformó en uno y mató a todos sus hijos, menos a el y a Sanemi. La persona que consideraba la mas blanda pero a la vez fuerte del mundo.

Recuerda aún como cuando era un niño y esperaba a su padre a que regresará mientras sus hermanos dormían y su madre estaba en alguna otra parte o también dormida en su propio cuarto.

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Era de noche, no sabía que hora o día, pero solo recuerda que estuvo lloviendo todo el día, uno de los motivos del porque su madre no salió de casa y estaba de tan mal humor, si salía sus horas de esfuerzo en el peinado y el maquillaje tan caro que decoraba su cara se irían a la ruina.

Su madre no le importaba, es más, solo era un obstáculo para el, una mujer sin valor.

Nunca había sentido tanto disgusto en un ser humano.

Pero era raro, ya que a sus hermanas no las veía con disgusto, solo a su madre, hasta le tenía más respetó a la vagabunda que siempre estaba en la esquina de la carpintería.

Aunque no se atrevía a insultarla, todo por su padre.

Aquel hombre que salió en plena lluvia a trabajar, prometiendo traer dinero y preparar una rica cena cuando volviera.

Pero llegaba tarde, y eso no era extraño para el, su padre hacia promesas para relajarles a el y a sus hermanos, incluso a Shizu aunque a ella no le importaba, pero de todas formas también le hacía promesas a la mujer para que no se sintiera mal o desplazada.

Pero Genya sabía que esa mujer no tenía ni una pizca de sentimientos hacia su padre.

Pero volviendo al tema principal, ya se estaba haciendo bastante tarde y todos los hermanos de Genya y su madre se encontraban dormidos, el mas grande de los hijos aún se encontraba despierto, tenía intenciones de intentar dormir, pero el sentimiento de querer ver a su padre eran más fuertes, así que sus ojos de mantuvieron abiertos todo el tiempo a excepción de las veces que necesitaba pestañear. En el mismo futón donde dormía se encontraba Sanemi, abrazandolo mientras dormía, y Genya claramente también se aferraba a el

Genya tenía un juego cuando llegaba su padre y ese era detectarlo antes de que abra la puerta de su cuarto para comprobar que todos los niños esten dormidos, y ese juego siempre lo perdía Genya, aunque su padre no supiera de la existencia de aquella actividad.

Kyogo era alguien grande, pero muy sigiloso, más de una vez asustó a sus hijos apareciendo detras de ellos cuando alguno va a hacer una estupidez. Ese sigilo no era algo normal.

De repente la puerta de su cuarto se abrió un poco y Genya rápidamente vio a esa dirección encontrándose con los ojos de su padre...

Perdió... Otra vez.

"Hola campeón, ¿Porque sigues despierto aún? Deberías de estar durmiendo." Pregunto el hombre abriendo un poco más la puerta que separaba el cuarto de sus hijos y el salón.

"Porque quería esperarte hasta que llegarás... Y también porque me cuesta dormir" Admitió Genya el cuál sintió un apretón y bajó un poco la mirada para ver a Sanemi separarse de Genya mientras dormía, encima le dió una patada y Kyogo tuvo que cubrir su boca para evitar soltar una carcajada que despertaría a los demás niños.

"Sanemi se mueve mucho mientras duerme, no deberías dejarle dormir contigo si te molesta eso" Comenta el hombre adulto en voz baja y Genya solo aprovechá que Sanemi lo alejó pará salir de su futón y ir con su padre, el cuál no dudó en abrazar. "¿Quieres ir a nuestro lugar secreto para ver si te puedes dormir?" Sintió como su hijo tarareaba afirmativamente y el hombre solo sonrió.

El adulto aprovecho para cerrar la puerta del cuarto de los niños y fue con Genya al exterior de la casa, caminaron unos minutos lejos del vecindario hasta llegar al bosque, el niño tenia una sonrisa al saber que iban a hacer, su padre lo dejó sentado en el césped y el adulto se sentó junto a el, agarró un palo cercano y lo tiró lejos, bastante lejos, Genya ya se acostumbro a la fuerza descomunal de su padre.

Pasaron segundos y a lo lejos en dónde aterrizó el palo empezaron a emerger unas luces amarillas, Genya tenía una sonrisa en el rostro.

"Que bien que sigan aquí, pensé que su temporada ya había acabado." Dijo el niño mientras miraba hacia las luces.

"La naturaleza tiene sus propias leyes Genya, y siempre nos puede sorprender... Pero el ser humano también lo puede hacer, y más cuándo rompen las leyes naturales... ¿Sabes que son los demonios?" Pregunto el adulto.

"No, no se que son "

"... Son criaturas que vienen de los humanos que se atrevieron a desafiar a Dios, criaturas que no deberían de existir... Son bestias... Son seres casi inmortales, se alimentan de carne y sangre humana al haber renunciado a la comida normal. Tienen habilidades que desafían las leyes del mundo."

"Parece un cuento tonto " Dijo Genya, pero sintió que dijo algo incorrecto al ver la seriedad de su padre.

"Suena estúpido lo sé... Pero los demonios existen Genya... Son criaturas muy fuertes, capaces de curar sus heridas y no sentir remordimiento por sus acciones..."

"... Parecen inmortales, pero dijiste que no lo son... " Dijo Genya interesado en lo que decía su padre.

"Exacto, no son del todo inmortales, ya que el sol los puede quemar vivos hasta matarlos volviéndolos cenizas... Y también existen unas personas muy fuertes especializadas en acabar con esas criaturas, y se llaman-"

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"Cazadores de demonios" Dijo un hombre asomándose desde una puerta, Genya se encontraba a un lado de esta viendo a un grupo de personas con un uniforme peculiar y con espadas envainadas. "No son apoyados por el gobierno, pero tampoco son rechazados"

"... Señor, ¿Podría contarme más sobre ellos?" Pregunto Genya viendo al grupo de cazadores, en especial a un chico de cabellos rojizos y amarillos como el fuego.

"Van a ser un obstáculo si quiero matar a este demonio"

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