Llegó el 14 de junio y Leonor, Javi y yo ya estábamos en el aeropuerto. Tuvimos que esperar 4h, y mientras tanto, jugábamos al uno, íbamos de compras, comíamos algo... Hasta que...
-¡Corred que no embarcamos!- gritaba Javi mientras corría.
-¡Ya vamos!- Dijimos Leonor y yo mientras recogíamos.
Finalmente llegamos a la puerta de embarque y nos pidieron nuestros billetes de vuelo.
-Hola, dejadme vuestros billetes de vuelo por favor.- Nos dijo la azafata con amabilidad.
-Claro, toma.- Dije cariñosamente.
Cuando llegamos al avión, nos sorprendió mucho la cantidad de personas que había.
-¡Madre mía, cuanta gente hay!- Dijo Javi sorprendido.
Buscamos nuestros asientos, yo me senté con Leonor, y Javi se tuvo que sentar solo. De repente, empezó a sonar el megáfono, y la chica se puso a dar las instrucciones.
¡Al fin despegamos!