Fui corriendo a donde estaban ellos, y lo que vi me dejó impactada, ellos estaban muertos.
-¡NOOOOO! Despertad, ¡DESPERTAD!- Dije entre lágrimas.
Me fui corriendo de allí, hasta que llegue a una oficina de policía, les conté lo que había pasado, y me dijeron que iban a enviar un helicóptero de rescate.
Me fui de África al día siguiente.
Llegué a mi casa, desempaque todo u me fui a dormir.
Al día siguiente, fui al funeral, y no podía parar de llorar. Desde ese momento supe que mi vida ya no sería igual sin ellos, y que el verdadero tesoro era su amistad.
FIN