Día lluvioso

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La tarde nublada que se presentaba aquel día traía consigo un sentimiento de tristeza. Bajo un frondoso árbol de cerezo, la calidez de dos cuerpos se hacía presente. Ella tenía pensamientos sobre el chico que estaba a un lado suyo. Sus manos rozaban de vez en cuando, lo que le provocaba pequeños escalofríos. Sentía la presión de decirle, confesarle aquel sentintimiento que ocultaba entre sus labios, mas le temía al rechazo. Sabía que a él le interesaba otra persona.

Las hojas del cerezo danzaban al son del viento, las aves que se encontraban en las ramas hacían bellos sonidos, cautivando la atención de aquellas dos personas. Miraron hacia las aves y luego se miraron a los ojos. Un leve sonrojo se mostró en las mejillas de ella, lo que a él pellizcó una de ellas mientras sonreía.

Sin poder ocultarlo más le expresó lo que sentía por él, juntando la pequeña esperanza de que correspondiera a sus sentimientos; sin embargo, ocurrió lo contrario. Aquel chico la miró sorprendido, no sabía que la había confundido. Debía dejarle claro que él así era con todos, no solo con ella.

Le miró a los ojos, ella le devolvió la mirada con los ojos dilatados. Le explicó la situación y los ojos de ella se volvieron cristalinos. Una lágrima recorrió su mejilla y después de unos segundos, estaba llorando mientras poseía una sonrisa. A ella claro que le afectaba, pero no quería demostrar que estaba mal, sino quería que él viera que podía controlar la situación.

Él no soportó más y la abrazó. Le dolía que las cosas fueran y terminaran así. No quería perder la amistad con ella. Sin haberla conocido del todo, se había vuelto alguien importante en su vida. Le besó la cabeza mientras pronunciaba palabras para tranquilizarla. Sentía su cuerpo temblar, su respiración se había vuelto irregular y sus manos sujetaban con fuerza la camisa que usaba en ese momento.

Después de unos minutos abrazados, ella decidió irse; quería un tiempo para pensar en lo que había hecho y la consecuencia que trajo consigo. Él, por su parte, se quedó aún procesando en las palabras de ella, quería ir detrás de ella y corresponderle, pero no sería justo. No siente lo mismo por ella y la podría lastimar.

Gotas de lluvia empezaron a caer del cielo, dándole el toque especial de aquella trágica historia de amor.

InconsistenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora