La atracción que sentía uno del otro era inminente y requerían saciar esa sed de deseo que los dos sentían desde hace tiempo. No tenían algún tipo de relación formalizada; sin embargo, siempre se les veía juntos hablando o riéndo sobre diversas cosas. Salían juntos tomados de las manos y disfrutaban del tiempo juntos sin importar qué. Se daban pequeños besos en los labios y sonreían en el momento.
Era tal y como si fueran una pareja ideal, ¿por qué no hacerlo real? La sencilla razón es porque en aquellos tiempos, ambas familias juzgaban mucho a cualquier familia que se le atravesara, incluyendo e hecho de que ese chico venía de un estatus social ligeramente mayor al de la chica, por lo cuál era prácticamente imposible verse de una u otra manera. La manera en cómo se mantenían en contacto era mediante viajes que organizaban solos y en las escalas aprovechaban para verse y ser felices. ¿Por qué aquellas dos personas no enfrentaban a su familia? Porque realmente no habían logrado el momento perfecto para hacerlo, ya que sus familias solían estar demasiado ocupadas recibiendo gente y trabajando en las empresas que poseían.
Aquella noche cuando regresaban de ver una película, decidieron ir los dos a un departamento que había alquilado aquel chico con la intención de tener un tiempo más privado con ella. Se tomaron de las manos y caminaron juntos hacia aquel lugar.
Dentro del elevador, el sentimiento de deseo volvía a surgir entre los dos. Habían tenido que aguantar todo este tiempo desde que los dos se habían conocido para poder tener por primera vez esta interacción. No pudiendo soportar, él tomó del rostro a aquella chica y la besó apasionadamente. Ella empezó a gemir y este aprovechó para introducir su lengua y enredarla con la de ella, disfrutando del sabor a frutas que ella poseía. Salieron del elevador casi corriendo, abrieron y cerraron la puerta con candado rápidamente y siguieron besándose ahí en la puerta.
Él la acorraló en la puerta, se separó un poco para poder respirar y admirarla un poco. Sus labios estaban hinchados y su labial se había corrido hacia un lado. Su respiración era frenética, pero sus ojos estaban brillando. Le estaba gustando. Posicionó su pierna entre las piernas de ella para que no pudiera moverse y siguió besándola como si él estuviera en un desierto y ella fuera un oasis. Mordió su labio inferior y dirigió su nariz al espacio donde se encontraba su clavícula y su cuello. Inhaló su aroma con lentitud y eso hizo que ella gimiera de placer, su piel reaccionó y sus piernas se apretaron un poco. Él acababa de descubrir una zona sensible en ella.
Siguió oliendo mientras movía su nariz lentamente por aquel lugar y después mordió seductoramente la clavícula de ella, dejando una marca. Levantó su rodilla y alcanzó a sentir la humedad que empezaba a desprender aquella chica ante sus acciones. Le sonrió y comenzó a quitarle la parte de arriba de su ropa dejándola en sostén. Ella se avergonzó y se tapó con los brazos, pero él le dio un beso y los alejó de su vista para poder apreciar lo que tenía enfrente de él. Había añorado tanto poder verlas y se estaba haciendo un sueño hecho realidad.
Con suma delicadeza tocó por arriba de la tela uno de los pechos de aquella chica y su piel volvió a reaccionar. Veía como subía y bajaba su pecho, su respiración estaba en constante cambio. Hundió su cara y la restregó en medio de ellos, provocándole un jadeo a aquella chica.
Subió su mano mientras acariciaba la piel desnuda de ella y quitó su sostén, liberando aquello que le parecía una gran fantasía sexual para él. Tomó con sus dos manos los pezones de ella y los pellizó al mismo tiempo, liberándole un gemido fuerte a ella. Él se puso más duro, no había pensado que esa imagen iba a ser más tentadora de lo que parecía.
Volvió a pellizcarla y los torció hacia distintos lados, provocando que se endurecieran y ella gimiera de nuevo. Su cuerpo empezaba a temblar y sentía cómo se ponía más húmeda. Llevó a su boca uno de ellos y empezó a succionarlo con ferocidad; mordisqueaba y lamía a la vez mientras con su otra mano seguía torturando el pezón de ella. Sintió las manos de ella empujarlo más, ella quería sentir más. Hizo lo que le estaba ordenando y siguió succionándola sin ninguna compasión.
Llevó una mano hacia la entrada de aquella chica y tocó por afuera de sus bragas, sintiendo la humedad que ya tenía. Hizo la tela hacia un lado y tocó de nuevo, esta vez viendo cómo ella se retorcía de placer. Tocó en circulos su entrada hasta que sintió algo duro en ello y que, cuando lo tocó con un poco de presión, ella gimió más fuerte apretando sus piernas. Había encontrado otro punto en ella.
Mientras le devoraba los pechos, sus dedos empezaron a hacer movimientos en su clítoris de manera cada vez más intensa. Ella empezó a gemir más y más rápido y él aceleró sus movimientos para verla seguir reaccionando ante él. Ella tomó los hombros de él con mucha fuerza. Hizo su cabeza para atrás cuando sintió que ya no iba a poder soportar y fue ahí donde el chico comprendió que la acababa de llevar al clímax y posterior a eso, su orgasmo.
ESTÁS LEYENDO
Inconsistencias
General FictionRelatos cortos que no lograron ser historias. Algunos pueden estar basados en hechos reales.