Deseo

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Sentados sobre el césped veían el sol esconderse y la luna alzarse. Las estrellas se hacían notar cada vez más nítidas. Cuando menos lo esperaban, una estrella fugaz salió y desapareció.

—¿Pediste un deseo? —aquella chica de ojos miel pronunció mientras se acomodaba los lentes.

Aquel chico le miró fijamente y le dio un beso en los labios. Al ver el sonrojo de la chica, él sonrió—. ¿Para qué pedir un deseo si mi deseo ya se cumplió?

—¿Y cuál era tu deseo?

—Estar aquí y ahora contigo.

InconsistenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora