Prólogo

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Hoy desperté de muy mal humor y no solo porque son las seis de la mañana, sino porque tengo que trabajar en la tienda de mi familia.

Se suponía que debía ir a la escuela hoy, pero tuve una pelea con una chica de mi clase y me suspendieron una semana, pero al menos le pude romper la nariz a esa niña de papi. Pero debido a eso mi hermano Dominic me puso de castigo trabajar en la tienda familiar junto a mi hermana Mia.

Mientras limpiaba las mesas veo llegar un auto del cual baja un chico rubio bastante atractivo, creo que me enamore.

—Oye Mia quien es ese chico, jamás lo había visto por aquí—me acerco a preguntarle a mi hermana.

—No lo sé no lo había visto antes, tal vez sea nuevo en la ciudad—me responde.

Mientras hablamos el chico se sienta en la barra y mira el menú. Me iba a acercar a tomar su orden pero Mia me gano.

—Buenos días que vas a ordenar—pregunta Mia con una sonrisa la cual le fue devuelta por el rubio.

—Que tal está el atún—pregunta sin apartar la mirada de Mia.

—En mi opinión... esta horrible—admite Mia en una risa.

—Oye eso no es verdad—Debatí—el atún no será excelente pero no esta tan mal—dije esta vez mirando al rubio.

—Bueno pues en ese caso quiero un sándwich de atún sin corteza—Dice mirándome con una sonrisa.

—Bueno hermanita ya escuchaste ve a prepararlo—dije con burla ya que Mia odia el olor del atún.

Eso le pasa por no dejarme a mi atender.

—Soy Brian—dijo el rubio presentándose.

—Soy Leah y la que está preparando el sándwich con cara de querer vomitar es mi hermana mayor Mia—digo señalando a mi hermana que efectivamente tiene cara de querer vomitar por el olor del atún.

—Tu sándwich de atún sin corteza—dice Mia dejando el sándwich frente al chico.

—Eres nuevo en la ciudad, cierto—afirmo a lo que el rubio asiente.

—Si, me mude hace poco trabajare cerca de aquí en el taller de Harry—explica el rubio.

—¿Trabajaras con Harry?—pregunta Mia sabiendo las cosas en las que Harry estaba metido.

—Si, empiezo en una semana—Dice el rubio con una sonrisa.

—Bueno me encantaría escuchar más de tu vida, pero ya debo irme—digo despidiéndome—te veo en casa Mia.

—A donde crees que vas—pregunta Mia acusadoramente—tu castigo es aquí no en casa—dice señalando el lugar.

—Jesse quedo de ayudarme con la tarea de matemáticas que me dejaron de castigo así que adiós—digo yéndome rápido de ahí.

Esta semana sí que sería larga.

Prohibido |Brian O'Conner|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora