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Los cazadores se divertían en cada lugar del festival riendo y haciéndose bromas entre ellos, la noche era muy hermosa aquel cielo estrellado con la bella luna lo haci más hermoso, Kotetsu estaba feliz nunca se había divertido tanto hasta ahora pasar el tiempo en ese festival divirtiéndose con tanjiro con sus amigo y hermana junto a los pilares lo hacía muy feliz le alegraba aver venido al festival.
Tanjiro al ver que el menor se divertía se sintió feliz al parecer había sido buena idea al invitar a Kotetsu al festival, de repente se paro en un puesto de dulce y volteo su mirada a aquel puesto de dulce que se le quedó un buen rato viendo aquellos dulces hasta que le pregunto al encargado de aquel puesto a cuanto costaba, al decir le el presio el de cabello burdeos pidió uno a lo que el contrario asintió haci dándole aquel dulce mientras el le día el dinero mientras agarraba aquel dulce.
El de cabello burdeos al tener el dulce en la mano fue corriendo a alcanzar a los demás ya que al parecer se habían adelantado sin notar que el se había quedado atrás, al llegar donde estaba los demás agarra a Kotetsu del brazo mientras que el menor se asusta volteando su mirada pero al ver que era Tanjiro se tranquiliza.
- Perdón si te asuste ─── se disculpo, pero el menor niega con la cabeza
- No te disculpes Tanjiro-san, esta bien no me asusto ─── sonríe pero aquella sonrisa no se nota por sus máscara
- ¡Ah!, ¡por cierto!, ¡Ten! ─── le entrega el dulce con una sonrisa ─── Espero te guste, pensé que querías uno ya que a cada puesto que pasábamos donde vendían dulces te los quedabas mirando, haci que decidí comprarte uno ─── dice mientras mira al menor
- ¡Gracias Tanjiro-san! ─── Kotetsu al decir eso abraza a Kamado mientras que el mayor se ríe y le acaricia el cabello
Aquella escena era vista por el pilar de la niebla aquel pilar tenía una mirada seria con el seño fruncido mientras que una vena sobre salía de su frente, Kanroji al notar el cambio de humor del pilar agarro rápidamente su brazo del menor y lo alejo con la excusa de que había visto un puesto de ropas que le quedarían bien, Kanroji sabia que si Muichiro seguía viendo como aquel niño de máscara que abrazaba a Tanjiro mientras esté acariciaba su cabello estaba segura que el pilar no iba a poder contener aquellos celos.
