Al parecer el tiempo volaba porque, había pasado ya un mes de cuando Loúdi había llegado a Sumeru con Aether.
Un mes en el que había experimentando emociones que no creyó experimentaría juntas nunca, un mes en el que se había enamorado perdidamente del híbrido y guarda forestal llamado Tighnari.
Aquellos leves pensamientos con los que cargaba la chica se desvanecieron al momento en el que él llegó, sonriéndole e invitándole a caminar, poniendo la excusa de que quería que le acompañase a quitar una zona marchita.
Ella aceptó sin siquiera darle una pensada, para después ser agarrada de la mano y guiada tranquilamente por el chico, mientras este le preguntaba qué tal había dormido.
—¿Que tal dormiste? -Preguntó volteando a verle, sonriendo.
—La verdad es que yo dormí muy bien, ¿que tal tu? -Le devolvió la sonrisa tranquilamente.
—Yo también lo hice bien. -Volteo su vista al frente.Para ese momento ya casi llegaban a la zona marchita, después de todo, ya se veía, y parecía ser grande, probablemente por aquella razón es que Tighnari había pedido su ayuda.
Entraron rápidamente en esta y comenzaron a luchar contra los monstruos que aparecían, provocando así reacciones por ambos elementos, tanto dendro como electro.
Sonrieron cuando terminaron con estos y les fue posible purificar el núcleo, una vez terminado esto, Loúdi se sentó en un tronco que había ahí mismo, para soltar un suspiro.
—¿Sabes cuantas zonas marchitas hay aún? -Preguntó mirándole preocupada.
—Esta era una de las últimas, pero quedan dos aún. ¿Te interesaría que fuéramos a despejarlas? -Preguntó sentándose junto a ella.
—¿Podemos? Me encantaría. -La fémina sonrió, poniendo su cabeza en el hombro del mayor.
—Entonces descansemos un poco, porque son igual de grandes las otras. -Dijo tranquilamente.Pasados unos minutos en los que estuvieron en silencio, descansando, decidieron seguir con su camino, a las otras zonas.
Sin duda, ese sería un día largo.
Tighnari se encontraba buscando a la chica, pues recordó que hoy se cumplía un mes desde que había llegado a su vida, un mes de lo más feliz para el, sin la compañía de la de orbes fucsia se sentiría raro.
Nadie parecía entenderlo tan bien como lo hacía la fémina, por lo que no quería que dejara de estar a su lado.
Desde que ella había llegado todo fue tan brillante para el, las cosas que antes ya apreciaba ahora las apreciaba más, y deseaba cuidar a la chica.
Sonrió cuando una idea pasó por su mente, la pondría en práctica esa misma noche.
En ese momento la fémina se encontraba acostada viendo las estrellas con las piernas colgando por el borde del sendero, pues ya era de noche y las estrellas brillaban especialmente en ese punto.
Estaba pensando en que no sabía si volvería a Mondstadt a vivir como tal, pues ahora se sentía muy bien en Sumeru, sin embargo, no deseaba dejar de ver tan recurrentemente a Kaeya, Diluc y Albedo, se sentiría tan rara si es que eso pasaba.
Si bien no les había visto por alrededor de dos semanas, era poco tiempo comparado con el tiempo que le tomaría ir a verlos si ella venía a vivir a Sumeru, pues no podría hacer el viaje tan largo frecuentemente, sobre todo por su salud.
Aquellos pensamientos se disiparon cuando vió al híbrido llegar junto a ella, acostándose también, justo como ella estaba en ese momento.
Le sonrió, mientras habló.
—¿En qué piensas? -Preguntó tranquilamente.
—En mis hermanos. -Respondió viéndole de reojo.El de orbes bicolor solo asintió, cuando de repente se levantó, parándose, para después hacer señas hacia la chica, queriendo que hiciera lo mismo.
—¿Qué sucede? -Preguntó desorientada.
El mayor no respondió, sin embargo, comenzó a llevarle escaleras arriba a un lugar que ella desconocía, estaba confundida.
Sin embargo, solo siguió al chico a donde sea que le llevase, después de todo, le tenía una confianza inmensa y sabía que no le pasaría nada malo mientras estuviera con el.
Sonriendo una vez llegaron, la fémina quedó impresionada, pues las estrellas se veían el doble de bien que abajo y se sentía el aire con brisa golpear su cara, rápidamente sonrió, mientras el mayor habló.
—Te traje porque quiero hablar contigo. -Pausó. —Sobre algo importante. -Su semblante cambio a uno serio.
—¿De qué se trata? -La completa atención de la fémina se dirigió a el.
—Loúdi, me he enamorado de ti. -Pausó. —Me he enamorado tan perdidamente de ti que no me veo sin tu compañía. -Sonrió hacia la chica, quien estaba más que confundida. —Por ello, me gustaría preguntarte algo. -Agarro sus mejillas mientras se acercaba un poco a ella. —¿Me dejarías ser la persona que te acompañe en tus mejores y peores momentos? ¿Me dejarías hacerte feliz mientras este en mis manos? -Pausó. —¿Me dejarías ser tu novio? -Finalizó mientras la de cabellos grises sonreía.
—¿Que clase de preguntas son esas? Ya deberías saber la respuesta. -Le abrazó, escondiendo su cara en el hueco del hombro del mayor. —Claramente es un si, si quiero que seas mi novio, si quiero que me hagas feliz y si quiero que me acompañes siempre. -Sonrió felizmente, para después plantar un beso tierno en los labios del mayor, el cual, correspondió.Aquella noche, bajo las estrellas, ambos sonreían felizmente acostados agarrándose de la mano y señalando las constelaciones visibles en esa época del año.
Loúdi y Tighnari, dos almas más que compatibles se habían unido felizmente aquella noche estrellada.
Aloó, pues, bueno, está historia acaba aquí, sin embargo, aún falta el epílogo.
Yo espero que esta historia le haya sacado una sonrisa a más de uno, espero la hayan disfrutado tanto como yo disfrute escribirla, aunque me pasé con el tiempo que tomé para terminarla.
Gracias por leer
Perdonen los errores ortográficos
Se les quiere
Tengan buen día/tarde/noche
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❲ 𝐹𝑜𝑥 𝑒𝑎𝑟𝑠 ❳ 𝑇𝑖𝑔ℎ𝑛𝑎𝑟𝑖.
Fanfiction•──•─•──•──•─•✦•─•──•──•─•──• ❲ 𝙔 𝙥𝙚𝙣𝙨𝙖𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝘾𝙤𝙢𝙚𝙣𝙯𝙤́ 𝙥𝙤𝙧 𝙝𝙖𝙗𝙚𝙧 𝙏𝙤𝙘𝙖𝙙𝙤 𝙖𝙦𝙪𝙚𝙡𝙡𝙖𝙨 𝙤𝙧𝙚𝙟𝙖𝙨 ...