Capítulo 9

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Al día siguiente me desperté, Thomas aún estaba dormido.

Me levanté cuidadosamente para no despertarlo.

—¿Donde vas?— este sonrió adormilado.
—Al baño— reí— perdón por despertarte.
—Ya estaba despierto— se sentó en la cama.

Fui al baño, me lavé los dientes e hice mis necesidades.

—__— Thomas se acercó a mi con mi móvil en su mano.
—¿Qué ocurre?

Thomas tenía una cara de confusión y preocupación.

—Míralo tú misma.

Tomé el teléfono, y tenía mensajes de mi madre.

Mamá: Nena, no quiero que te alteres, pero tu papá está en la uci

Miré a Thomas, y rápidamente llamé a mi madre.

Llamando a Mamá:

¿Si?
—Mamá, ¿que le pasó a papá?
—Es difícil decirte esto...

La respiración de mi madre se comenzó a acelerar, y su voz se quebró.

Nena, tú papá tiene una enfermedad rara.
—¿Cómo de rara?
—Se llama La púrpura de Schönlein-Henoch.
—¿Qué es eso?

Me empecé a alterar, no entendía nada, Thomas se dio cuenta, me abrazó mientras yo seguía con el móvil en la oreja.

Mamá, ¿que carajos es esa enfermedad?
—Es una enfermedad que inflama los los capilares, o sea, los vasos sanguíneos pequeños, normalmente afecta a los capilares de la piel, el intestino, los riñones, la sangre se puede escapar de los vasos sanguíneos inflamados de la piel y produce una erupción de color rojo oscuro, o violáceo que se llama púrpura.
—¿Pero que dices mama?
—No es muy común que los adultos enfermen, pero en algunos casos pasa, y tu padre es uno de ellos.
—¿Y a papá que le va a pasar?
—Pues tiene un riñón inflamado, y van a necesitar hacerle un transplante.
—¿Y va a estar bien?
—No lo sé, porque está abajo del todo en la lista, y yo no soy compatible.

Me separé del abrazo de Thomas.

Vuelvo a España.

Colgué el teléfono, y cogí una maleta.

—¿Que pasa?
—Thomas, yo te quiero muchísimo, pero tengo que volver a España.
—Bien, me voy contigo.
—No hace falta.
—__, no te voy a dejar sola.

Mis ojos estaban llorosos, Thomas me abrazó, y él también hizo una pequeña maleta.

Entré en internet, y compré los boletos para ir a España.

—Tenemos uno mañana a las 6:00 am.
—Perfecto.

En toda la mañana estuve pegada al móvil, mi madre me iba actualizando de cómo iba mi padre.

Llegó la hora de la comida, Thomas hizo hamburguesas, yo no tenía ninguna gana de comer, pero este me obligó.

Terminamos de comer, y seguí pegada al móvil.

Mensaje de Mama:
Mamá: Van a hacerle a tu padre varias pruebas más.
Tú: vale, ¿estáis en el huca no?
Mamá: sí, ¿por qué?
Tú: vuelvo a españa, tom viene conmigo.
Mamá: no hace falta cielo.
Tú: sí, sí hace falta, es mi padre, y yo soy compatible con él.
Mamá: no pensarás en donarle tu?
Tú: es exactamente lo que voy a hacer.
Mamá: no, no y no.
Tú: tengo dos, y se puede vivir con uno a la perfección, soy mayorcita, puedo hacer mis decisiones, y mi decisión ahora mismo, es donarme un riñón a mi padre.

Thomas Brodie-Sangster y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora