Ayer por la tarde salí al patio, y me senté en el pasto. Jugué con el dobladillo de mi vestido un rato largo.
Me levante y empecé a girar, momento después carcajadas salían de mis labio rosados.
No podía parar de girar, giraba y giraba. Hasta que de pronto, me caí.
Y empecé a llorar, ya no reía, solo lloraba.-m.