De poco a poco

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Y lentamente te convertirás en tu otro ser, el humano que alguna vez vivió en el sufrimiento y desgracia dejará de existir para renacer como el demonio que siempre fue, ayudaste a la caída de la humanidad, será este el lugar donde el destino se escribirá, lo cambiaras o dejaras que suceda tal cual alguna vez sucedió, todo está en tus manos.

•Amanecer•

El sol tan imponente como siempre se hacia presente en la comunidad nipona, un adormilado joven se levanta de la incomoda posición en la que se había dormido la noche anterior, pequeñas gotas de agua aún caían de el techo de la entrada en la que se encontraba, salió para sentir los rayos del sol en su rostro, pero su tranquilidad se fue al escuchar a mucha gente aglomerada para salir del edificio, no le tomó importancia pero decidió tomarle ventaja a la situación, así que entró al edificio en busca de comida, agua y tal vez ropa.

Intento girar el picaporte, pero como era de esperar se hayaba cerrado, sin dificultad lo rompió para empezar a caminar y bajar escaleras, entró en un par de habitaciones donde aún habían unas cuantas maletas con ropa saliendo de ellas, dinero, zapatos, agua y demás cosas comunes que encontrarías en un hotel, pero la mayoría de las cosas ahí presentes confundían al chico rubio por su poca comprensión del mundo en el que se encontraba, el chico aún se hayaba con sueño así que en la más mínima chance el joven se quedó dormido en una pequeña cama en el noveno piso de ese hotel.

No muy lejos un auto negro se estacionó fuera de ese hotel, de el salieron 5 personas, 3 pelinegros, el primero se hayaba rígido en su posición, su cara intentaba demostrar que no sentía nada ante la situación pero pequeñas gotas de sudor no paraba de escurrir de su frente, el otro joven pelingro estoico y con unos ojos sin vida se encontraba siendo fastidiado por la...

-Vamos aki, dame un cigarro- una joven pelinegra enfrente de aki intentando sin éxito agarrar una cajetilla de cigarros que aki sostenía en su mano extendiendo su brazo más arriba que su cabeza.

Y esta es la tercera persona pelinegra que bajo del carro, una mujer mas alta que el promedio femenino se encontraba dando pequeños saltos para intentar agarrar la cajetilla, lo mas curioso de ella era el parche en su ojo derecho, de el asiento de pasajero de donde había salido el primer joven con una cicatriz en su mejilla también salio una pequeña joven castaña que no paraba de temblar y sudar de todos los poros conocidos y desconocidos por la humanidad, por lo que le habían mencionado un demonio que podría relacionarse con el demonio pistola estaba ahí, ese demonio le aterraba pues escucho de lo que era capaz, de la muerte de 57,912 personas que mato tras golpear durante tan sólo 26 segundos en el país de Japón, por suerte a ella no le pasó nada, pero esa fue la única pizca de suerte que dios le otorgó a la joven pues de ahí en adelante toda su vida fue un infierno, tal vez en un futuro contemos sus divertidas desventuras antes de entrar a la seguridad pública.

Y por ultimo pero no menos importante una joven rubia pastel también salio de ese carro, pero parecía más activa que los demás pues no salio de una forma común, ella pateo la puerta para poder salir de ahí, sus vestimentas ran todas iguales pantalones negros, camisa blanca y una corbata, a excepción de la rubia que llebava un pequeño abrigo azul aún a la luz del sol los demás llevaban una camisa negra también, y sin más distracciones empezaron a caminar a la entrada de ese hotel.

No saben lo que les espera.

-Bien, no se con seguridad cual es el demonio, pero no creo que sea la gran cosa- le comento aki a himeno, estos se encontraban un poco alejados como si de padres caminando con sus hijos y viendo que no les pase nada se tratase.

Sueños de un prófugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora