12 Días

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Día 0.

-¿Quieres ir a un bar?- pregunto la pelinegra a su interés romántico no correspondido, aún así no evitaba que salieran a disfrutar sus gustos comunes como el alcohol, al fin y al cabo fueron como maestra y aprendis.

-No puedo himeno, tengo que acabar con todo el papeleo, maldito demonio murciélago, hizo demasiados destrozos y soy yo el que tiene que documentarlos.- lo decía otro pelinegro, sentado en una oficina con un escritorio lleno de papeles con reportes de decesos inocentes, destrozos de edificios y facturas de hospital.

-Aww, vamos aki, ya tendrás más tiempo para acabar con ese papeleo, ya es tarde así que no creo que makima te reclamé- poco esperanzada dió un último pataleo en busca de una respuesta positiva.

-Ya será otra ocasión, no puedo desobedecer a makima- sin despegar la vista de los papeles dió una respuesta final a su amiga.

...

-¡E-estupido aki, s-solo habla y h-habla de makima, ¿que tie-ne ella que yo no?!- en un bar una mujer despotricaba todos sus malestares a una mujer de más baja estatura, quien solo se limitaba a escuchar y tomar jugo de su baso- ¡¿E-es por qué tiene más pechos que yo?! *Hip* ¡¿O s-sera que no p-piensa que soy *hip* tan linda c-como ella?!

-S-señorita himeno, ¿N-no cree que y-ya tomó m-mucho?- la pequeña mujer hablo nerviosa para intentar hacer entrar en razón a su amiga, pero está parecía no escucharla.

-Yo lo a-amo mucho kobi, p-pero no me da l-la opor *hip* tunidad- fue lo último que dijo antes de caer desplomada en la pequeña mesa donde reposaban todos los tarros que había tomado hasta el momento, que no eran pocos pues de no ser por el baso dónde su acompañante tomaba jugo llenaría en su totalidad la mesa.

-Disculpe, quien va a pagar todo esto?- detrás de kobeni el hombre encargado del establecimiento hablo, era un hombre corpulento con una bata blanca que le cubría su torso,pantalones azul marino y una pronunciada barba canosa. Cabe recalcar que obviamente esto hizo que kobeni se sintiera intimidada.

Está solo volteo a ver a su desmayada compañera esperando que se levantará y pagará todo para irse, pero esto no pasó -Y-yo pa-pagare todo- cabizbaja contesto, sacando de su bolso su billetera para pagarle al hombre.

...

Día 1.

En una pequeña habitación de un apartamento promedio se encontraba una chica peli rosa, rodeada de su inmundicia y una pequeña gata, estaba aburrida pues no tiene nada que hacer, y en esa soledad un bago recuerdo le llegó gracias a un olor, la gabardina verde que llevaba tenía un poco de sangre del chico que la rescató del demonio murciélago, una cabellera amarilla llegó a su mente y un sonrojo pequeño se hizo presente.

-¡Hey!, no mueras, tenemos asuntos pendientes sucia traidora- el recuerdo de su voz solo provoco que su sonrojo aumentará y una sensación en su zona íntima empezará a crecer.

La imagen de su torso desnudo, repleto de sangre y a si misma en sus brazos como si de un cuento se tratase solo intensificó todos los extraños sentimientos que la bombardeaban, y no sabía que hacer pues estos sentimientos eran nuevos para ella.

En sus brazos tenía una almohada de la cual se aferró como si su vida dependiese de eso, y como vil gusano se restregaba en la almohada como un pobre intento de apaciguar todo lo nuevo que sentía, cómo poseída no solía sentir nada realmente por nadie, pero ese chico no salía de su mente.

Y de ese solitario cuarto, en ese solitario apartamento, una alarido salió, lleno de lujuria y pasión en un intento de calma, ese chico no saldría de su mente por mucho tiempo.

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⏰ Última actualización: Mar 26 ⏰

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