"Quien diría que el chocolate Wonka era tan amargo..."

CAPÍTULO XI

Y vaya que había sido un gran día.
Pero... No lo sé... No me siento como esperaba hacerlo... Debería sentirme feliz por haber logrado algo con lo que soñé hasta alucinar.
Por supuesto que no me desagradó, al contrario. Pero de alguna manera sentía arrepentimiento, culpa, incomodidad...
¿Por qué?

No quería verlo a la cara, la vergüenza no apartaría mi cabeza del suelo... Sólo espero que se sienta de la misma forma y no me busque por un tiempo...

-¡Ah! No he podido sacarla de mi cabeza desde anoche. Hoy he amanecido como un hombre nuevo, un hombre hecho y derecho, finalmente.
Todo gracias a ella... Quiero darle mil cosas, quiero besarla de nuevo y hacerla mía esta vez. Sé que puedo hacerlo, sin duda le encantará.
Me pregunto si ella también está pensando en mi a esta hora...
Tal vez... Debería llamarla...-

Willy Wonka estaba muy ilusionado con lo ocurrido un día antes, estaba cegado por el placer que le había causado tal experiencia.
Al llamar por teléfono no tuvo respuesta alguna. La chica simplemente lo ignoró.

Ahora los papeles estaban invertidos, pero, ¿qué sentía aquel hombre quien siempre se mostraba frío? ¿Era realmente amor o sólo las llamas incesantes de esta nueva sensación?
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No le respondí nunca. Soy una cobarde por ello, no sé qué sucede realmente. Tal vez no era amor, tal vez era un capricho que deseaba cumplir, pero, ¿acaso él no es también una persona?
Quizá debería disculparme.