Four

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La clase con Jack no había acabado aún, quedaba más o menos casi media hora por delante y las miradas entre ellos dos no dejaban de suceder, algunas eras hechas por accidente cuando alguno de ellos dos fijaban la vista en algún objeto cercano a la persona contraria y se acababan viendo.

Por una parte estaban las miradas "inocentes" que Gustabo hacía y en la otra parte estaban las miradas provocativas de Conway, no eran para nada dominantes ni incómodas pero su objetivo era analizar la mayoría de partes tanto faciales como físicas del contrario. Eran más dominantes porque él las rompía y se veía en sus ojos cierto grado de tensión, como si estuviesen coqueteando o peleando por ver cuál de los dos continuaba con sus miradas. Para ser la primera vez en verse parecía como si ya estuviesen en una relación y que esa fuese su forma de verse en público con el fin de ponerse nerviosos entre dos.

—¿Gustabo cuantas palabras tuviste correctas de las quince?—Le pregunto mirando fijamente.
—Doce, por dejar alguna sin responder.— Respondió veloz, le daba mucha ansiedad hablar en público y más aún si se trataba de sus "queridos" compañeros de clase.

Sin saber cómo, paso de estar sentando en su pequeño escritorio escolar, a estar sentando en la cafetería, como el lo llamaba "la última hora" era para ser más positivo de que cada vez quedaba menos tiempo por estar ahí encerrado.

Como siempre, tuvo que comer en una de las espaciosas mesas de la cual estaba con tan solo tres personas distribuidas muy separadas entre sí, ya que para su mala suerte comunicarse entre ellos sería algo muy incómodo y difícil.

Lo último que recuerda es estar saliendo de la instalación educativa y sentirse abrumado por el molesto volumen alto en el que todas las personas hablaban, no sabía si era por el estrés del momento y por su no muy buena alimentación, pero sentía como si su mente y cuerpo estuviesen completamente separados, como si su alma estuviese fuera de él. Su acto reflejo fue pellizcarse para ver si el dolor hacía que esa sensación desapareciera, y fue efectivo, pero después de casi arrancarse un pedazo de piel, provocando que su uña quedase impregnada de color rojizo y que su brazo tuviese una nueva marca, una muy profunda que daba sensación de arder.

Al rato de haber terminado de llegar a su casa, se quitó los audífonos que traía, ya que le gustaba mucho escuchar música sin saber que pasaba a fuera, si alguien le decía algún comentario lo único que lograría oír sería su música, solo debía preocuparse porque ningún auto lo atropellase.

Al llegar tuvo que abrir la puerta del recibidor del edificio y fue ahí cuando se dio cuenta de que seguramente su madre estaría como siempre estresada por falta de tiempo antes de irse al trabajo, y que su padre estaría quejándose de la más mínima cosa, hacía que todo el mundo estuviese irritante por su culpa y encima no le podías contradecir porque no serviría para absolutamente nada.
Luego estaba su hermana mayor, que como diría su padre, era un caso perdido, había llegado a sacarse las educación obligatoria y después abandono todo, lo único que sabía es que tenía varios problemas serios relacionados con la adicción al uso excesivo de pantallas y que en su día, más o menos pasaba diecisiete, casi veinte horas con el móvil en la mano. Pasaba casi todo el día en su cuarto menos para comer, por poca relación que quedase con ella siempre acababan sentados a la hora de comer, aunque solo cogiese y se volviese a encerrar.

Su comida estaba dentro de un recipiente de plástico debía calentarlo en un plato antes de que se enfadasen con él por cualquier cosa, la última cosa que quería después de haber estado rodeado de constante ruido eran más voces gritando.

Lo unico que se oía era una de las casuales peleas entre su hermana y madre, así que la mejor decisión era ponerse de nuevo los auriculares para evitar un ataque de ansiedad debido al estrés de no poder hacer nada ni saber cómo sentirse al respecto.

Cambiando de tema, el incio de curso no parecía ir mal, de momento no les habían presionado desde el minuto uno al llegar con el examen de admisión a la universidad, si bien es cierto que los problemas más graves llegaron al final de curso, se veía reflejado en sus calificaciones finales un drástico cambio hasta en su asignatura prefirada, historia, en esa asignatura solo debías saber fechas y saber definir palabras, pero su estado anímico y situación familiar podían llegar a influir una gran parte en sus resultados académicos, si bien él ya es muy despistado y poco atento, a eso le añades dificultades sería un cambio negativo asegurado, como desafortunadamente había pasado.

[...]

Las semanas pasaron, las materias cada vez iban más avanzadas, debía tener todo al día l seguramente fallaría sus exámenes eliminatorios antes de los de semestrales, en ellos estaban el último temario dado, y si habías suspendido el eliminatorio te quedaba por aprobarlo en el semestral con más contenido, eso siempre sería una enorme desventaja, pero no se podía quejar, el sistema estaba establecido de esa forma y no lo cambiarían de un día para otro.

De momento solo debía preocuparse por un proyecto de historia, era buscar información y hacer análisis sobre textos históricos, pero al no haber calculado bien el tiempo y haberse dormido fueron la causa de no poder entregar la tarea completa ya que todo el trabajo se evaluaba en base a lo que estuviese en el cuaderno de presentación, en su caso tenían dos cuadernos, uno para apuntes e información suelta, como fuentes informativas y resúmenes a análisis a sucio, y luego el cuaderno a limpio y organizado. su error, no transcribir a tiempo las cosas apuntadas en el cuaderno sucio al de presentación, ese era el que contaba para la nota y le faltaba escribir un resumen de trescientas palabras de una hipótesis, y cien de una reflexión sobre el proyecto.

La conclusión fue que al no tener tiempo por haberse dormido, fue que en otras clases quiso acabar casi todo lo que pudo dejando alguna definición sin hacer pero con la mayoría de los textos casi definidos por completo, usualmente era buen alumno y prestaba atención en clase, bueno prestaba atención al profesor, a la clase no tanto se podría decir, pero quizá eso podría subir unos algunos puntos extras...

[Día de la calificación del proyecto]

—Hola.— Se escuchaba como Viktor llegaba al aula y saludaba a todos risueño y alargando la "a" indicando alegría. Era una de las cosas que Gustabo amaba, verle tan sonriente era algo contagioso y siempre le gustaba ver cómo algún otro alumno decía algún comentario y veré reír al instante era un sentimiento de felicidad que inundaba su cuerpo.

Viktor explicó la forma en la que repartiría las notas, les llamaría por orden aleatorio, tenía una pila de los cuadernos y los llamaría por ese orden que había hecho.

Estaba seguro de que sacaría mala nota pero de qué al menos estaba aprobado, solo le faltaban como 4 o casi 5 cosas, pero el resto estaba escrito solo que no le había dado tiempo por su mala organización de tiempo.

Cabe destacar que era última hora y siempre tardaba en recoger sus cosas, Viktor se quedaba en la puerta esperando que todos salieran y cuando se despedía de el había miradas en las que había un sentimiento que ninguno de ellos dos podían negar. Varios nombres ya habían sido llamados y justo después de que un engendro haya sido llamado, le tocó a él.

—Gustabo—

Dios que nervios, esperaba un cinco ya que era evaluada sobre diez, se levantó de su asiento y vio la mirada de su profesor, era desafiante percibía cierta decepción y enfado. Eso era una mala nota, seguro, pero que se le podía hacer, ya era muy tarde, debía haberse preocupado antes en vez de procrastinar.

Su cuaderno abierto con la nota que decía "te falta todo esto" y era una lista recalcando todo lo incompleto, y abajo de eso la marca decía "3,3" No era para nada lo que se esperaba, deseaba al menos llegar al aprobado raspado o hasta un cuatro pero no tan bajo, debió haberse esforzado más...

—Luego voy a hablar contigo Gustabo—

Alone- VolkabowayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora