IX

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Adán tenía que aceptar algo y era que los Olympus sabían hacer fiestas divertidas.

Su esposa y el habían llegado no hace mucho con Okita, quien se separó al ver a sus amigos (Susano y Zeus) yendo a convivir con ellos, los padres del Edén no tuvieron mucho problema con ello después de todo para eso fueron invitados. La comida era deliciosa y las bebidas variables, había visto a Jack pasear por el salón hablando con algunos empresarios sobre su menú y se enorgullecía de su hijo por ser capaz de tanto, aunque ya no le agradó cuando vio a cierto alfa grandulón ir detrás de su hijo.

Tenía que admitir que a pesar de que seguía siendo sospechoso para el que aquellas familias poderosas se hicieran cercanas a sus hijos, decidió disfrutar junto a ellos la fiesta, eso no quitaba el hecho de que se mantenía vigilante en cada uno. Cada pareja que sus hijos tenían pasaba a una charla con el cuando deseaban formalizar la relación, Lubu fue el primero que presento a su omega Thor con él y su otro padre Lu Shang, Zero no tuvo ese problema porque primero fue amigo de Buddha y así lo conoció, lo mismo con Truth, Ares se veía aterrado cuando lo conoció, aquello divirtió un poco a Adán, aunque se detuvo cuando Leo lo miro mal por molestar a su pareja.

Sus otros hijos no tenían pareja, pretendientes varios, pero no pareja, pero ahora veía ese momento cerca y le preocupaba un poco, para Adán sus hijos merecían lo mejor, Rasputín alguien que detuviera sus locuras, que lo mantuviera estable ante alguna idea nueva que pusiera en riesgo su vida. Nostradamus alguien que comprendiera los desvaríos que a veces tenía, que tuviera paciencia ante su excéntrica personalidad aceptándola y no reteniéndola.

Kojiro alguien estable, no se notaba con su actitud relajada pero la mente del alfa siempre iba al cien por segundo por lo que alguien que detuviera su constante sobre pensar, que le diera calma, era lo que buscaba para él. Simo alguien que lo sacara de su burbuja temerosa, que le ayudase a tener más confianza en si mismo y su aspecto físico; Nikola era un alfa bastante centrado, pero algunas veces podría pasar por alguien frívolo por su manera de expresarse, tener a alguien sensible a su lado capaz de entenderlo le ayudaría mucho.

Jack había tenido pareja antes, solo recordarlo hacía a Adán gruñir de enojo, su querido cachorro omega sufrió a su lado cambiando la percepción que tenía de si mismo, para Jack quería a alguien amable, que no juzgara el pasado de su hijo, alguien contrario a el, que lograse ver lo positivo de las cosas. Okita aún era muy pequeño para eso (según Adán) y Kintoki no parecía interesado en nada de eso desde su primer celo, tontamente creyó que Qin tampoco estaba interesado en tener una pareja, pero ahora resulta que puso su mirada en un alfa y no cualquier alfa sino Hades a quien indirectamente le dio el permiso de estar con su hijo...bien jugado Olympus.

Pero lo comprendía, Qin era un líder y solo otro líder podría entenderlo, el omega cargaba con mucho peso, su manada, su negocio, sus propias inseguridades que, aunque quisiera taparlas estaban ahí, y con un pasado desastroso que no cualquiera aceptaría, su pareja debía ser su compañero, su igual, y tener la fuerza mental para compartir su carga, lamentablemente (para Adán) Hades tenía esas cualidades.

- cariño, se que quieres amenazar a los pretendientes de tus hijos, pero no es el momento -comentó Eva mientras acariciaba su brazo, el olor a girasoles lo tranquilizo de inmediato

-claro, disculpa

Eva tenía razón, mas tarde hablaría con sus hijos sobre el tema, por ahora disfrutaría también de la fiesta, al principio Adán creyó estar fuera de lugar ante las grandes empresas que irían a la apertura del hotel, pero en el gran salón estaban no solo empresarios o magnates, sino también pescadores y comerciantes que ayudaron a Poseidón a encontrar el lugar perfecto para realizar su hotel, evitando que las grandes cadenas hicieran peligrar las especies marítimas, los trabajadores de la constructora se encontraban también ahí así como los colaboradores de aquella organización de defensa animal marítima. De hecho, quienes parecían fuera de lugar eran los empresarios, como los que en ese momento platicaban con Tesla y Beelzebú, a pesar de suponer eran ingenieros parecían completamente perdidos en lo que explicaba su hijo mientras que el de cabellos oscuros interfería de vez en cuando para explicar algo también, nunca había visto que alguien comprendiera tan bien el cerebro científico de Tesla, ni sus hermanos ni sus amigos.

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