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Me desperté en mi casa, como si nada hubiera pasado, mi cabeza dolía y palpitaba. Levante el torso del futon donde había estado durmiendo y al elevar la vista vi el dibujo que hice días atrás colgado de la pared y ahí fue cuando caí en cuenta de todo lo que había pasado e inevitablemente las lágrimas empezaron a salir de mis ojos sin poder evitarlo, de nuevo estaba con ese agujero en el pecho y volvía a sentir que me faltaba el aire.

- Te acabas de despertar y ya estás llorando- me giré hacia el lugar de donde provenía la voz y vi a aquel hombre que ayer prácticamente me secuestro.

Estaba sentado al lado mía, con la espalda apoyada en la pared y con una de su piernas flexionadas hacia arriba, iba vestido todo de negro y con su máscara naranja.

- ¿Qué?- pregunté inconscientemente mientras que con mi antebrazo me limpiaba las lágrimas.

- Llorar no va a traer a tu padre de vuelta- eso fue suficiente para que las lágrimas que por un momento habían parado volvieran a salir sin mucho esfuerzo.

- Pero deja de llorar, ¿qué hago?- eso último creo que lo dijo para si mismo mas que para mi, se veía a simple vista que no sabía tratar con niños.

Estuve llorando durante un rato a lo que el solo miraba para otro lado, supongo que de la incomodidad.

- ¿Vas a decirme de una vez quien eres?- dije una vez había parado de llorar.

- No soy nadie- no entendía a qué se refería.

- ¿Cómo que no eres nadie? Todos somos alguien.

- Yo ya no soy nadie, he dejado esas cosas mundanas atrás- no estaba entendiendo a donde quería llegar.

- Bueno, ¿al menos tendrás un nombre no?- el hombre suspiró pesadamente.

- Me llamo Uchiha Obito- inevitablemente me sorprendí, pensaba que no quedaban Uchihas aparte de mi padre y yo, aunque ayer me di cuenta que había otro, no se porque me extraña que haya más.

- ¿Eres un Uchiha?

- Sí, soy un Uchiha puro.

No pude contener mis ganas de abrazarle y así lo hice, él soltó un pequeño quejido por la sorpresa de mi acción, pero al ver que estaba sollozando en su regazo no me aparto, es mas me dio unas caricias en la espalda a modo de consuelo.

Era un Uchiha, así que en parte podía considerarlo cercano a mí ¿no?, al fin y al cabo somos del mismo Clan, creo que necesitaba creer que no me había quedado sola y sin la persona que más amaba, por mi estabilidad mental, que ya iba de mal en peor.

Cuando conseguí dejar de llorar le miré con los ojos hinchados por el llanto- ¿Por qué no puedo ver tu cara pero tu la mía si?- no sabía que cara estaba poniendo en ese momento pero era obvio que no sabía que responder.

- Emm tienes razón, creo, aunque a lo mejor te asusta un poco- se quitó la mascara lentamente con sus ojos mirando al suelo.

Su ojo derecho era negro, mientras que el izquierdo lo mantenía cerrado, la parte derecha de su cara estaba bastante deformada, como si fueran ondas.

Al ver mi cara de asombro miró hacia otro lado- No pasa nada eres una niña todavía, se que soy asqueroso y horrible no te preocupes.

- Wabi-Sabi- cuando me di cuenta de lo que habia dicho me tapé la boca de inmediato, lo había dicho sin pensar.

- ¿Wabi qué? ¿Qué significa eso?- dijo ckn el ceño fruncido por la confusión, ya no podía retractarme de mis palabras.

- Wabi-Sabi, significa encontrar la belleza en las imperfecciones o en lo simple, honestamente creo que eres único- le expliqué con una ligera sonrisa.

赤い復讐 | Venganza RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora