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- Sharingan- susurró Mei- Es imposible- su cara reflejaba asombro y confusión.

En mi cuerpo solo cabía el odio y el rencor, todo estos sentimientos negativos que llevaba albergando dentro de mí durante tanto tiempo por fin podían empezar a ver la luz, y una vez que eso pasara, no iban a volver a esconderse nunca más.

La pelirroja miró el brazo faltante del Mizukage horrorizada, después me miró a mi y me sonrió- Voy a matarte- afirmó sin pelos en la lengua mientras Takeo salía del semicírculo de madera al ver que estaba derritiéndose por el lodo ácido.

- Que continúe el espectáculo- dijo Isamu antes de continuar peleando con taijutsu contra varios ninjas a la vez.

Casi ninguno podía tocarlo, solo lograban propiciarle algunos golpes torpes. En cuanto a Takeo el continuó pelando con el peliazul, a pesar de faltarle un brazo seguía peleando, entendía porque era el Mizukage.

Aún así el sexto estaba bastante débil, había perdido chakra y un brazo, no iba a aguantar mucho más, así que era obvio que empezaría a usar ataques de media y larga distancia ya que en el combate cuerpo a cuerpo llevaba la desventaja.

Chōjūrō hizo los sellos del Suiton: Suireiha, señaló a Takeo con su dedo y disparó una rapidísima bola de agua comprimida directa a su estómago, esto lo hizo doblarse por la fuerza del ataque y el dolor.

Este tosió en respuesta pero sonrió cínicamente- Eso es lo mejor que puedes hacer- el rubio podía ser muy persistente cuando quería, no iba a rendirse, y con Samehada en la mano arremetió contra el sexto, este al no poder usar bien Hiramekarei no podía casi defenderse.

Mientras ellos peleaban yo me centré en Mei Terumī, iba a aplastarla. Ella me miró con determinación, y al hacer los sellos del Kirigakure no Jutsu empezó a salir de su boca una neblina muy espesa que se expandió por todo el área.

Era incapaz de ver nada, incluso con mi Sharingan no veía a más de un palmo de mis ojos, no podía ver a los chicos tampoco, y empecé a preocuparme, respiré profundo y me concentré en mis habilidades sensoriales, pero en cuanto empecé a notar a las personas de mi alrededor la niebla se disipó y me di cuenta que teníamos a todos los ninjas rodeándonos a los tres.

- Esto tiene mala pinta- Takeo dijo los que los tres estábamos pensando, no sabía que iba a pasar ahora.

La quinta había tomado el mando prácticamente debido al estado de Chōjūrō, los tres teníamos las espaldas pegadas entre si, miré a Mei furiosa y con ganas de arrancarle esa cabeza pelirroja, entonces todos los ninjas empezaron a hacer los mismos sellos mientras gritaban- Suiton Dan: Oruka.

Al estar en Kirigakure había una gran cantidad de agua en los alrededores, entonces apareció una inmensa cantidad de agua de todas partes, no nos dio tiempo a siquiera reaccionar y de un momento a otro estábamos siendo golpeados y sumergidos en el agua

En cuanto el agua de nuestro al rededor se calmó y pudimos salir a la superficie apareció Mei haciendo el Suirō no Jutsu, que nos atrapó en una prisión de agua tan fuerte como el acero.

- ¡Mierda!- gritó el rubio golpeando las paredes de la cúpula.

- Esto se esta complicando- dijo Isamu chasqueando la lengua irritado.

Les mire- Tengo una idea.

- Sea lo que sea ten cuidado- me dijo el pelinegro- No hagas nada estúpido, no podía decir decir que tipo de mirada estaba poniendo pero asentí de todas formas.

Yo podía salir con el Kamui pero si hacia eso tendría a todos los ninjas luchando contra mi, así que pensé y me armé de valor y salí activando el Mangekyō Sharingan y utilizando el Kamui. Lo único que se me ocurrió fue crear miles de clones de sombra para pelear contra ellos y eso hice, todos mis clones estaban hechos de cuervos, gracias a mi contrato con ellos me eran leales, como lo fueron una vez de mi padre.

赤い復讐 | Venganza RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora