ㅤㅤㅤㅤSus ojos se abrieron abruptamente, la escasa iluminación que había en la habitación lo cegó al instante pero aún así sus ojos no podían cerrarse, completamente perplejo por lo que estaba observando.Estaba allí, en esa maldita habitación una vez más.
Siente como sus sentidos se despiertan gradualmente, y pronto el zumbido que persisitía en su cabeza se desvance y su audición regresa para escuchar los fuertes gritos en la habitación de una persona que aún su vista no logra localizar.
Rápidamente los gritos logran marearlo, la perspectiva de estar despierto y los dolores en distintas partes de su cuerpo le dicen que antes o incluso después de caer inconsciente había seguido recibiendo golpes.
Siente conscientemente cómo sus pulmones se llenan de aire con dificultad, y cree que tal vez podría tener una costilla rota o como mínimo magullada.
Al observar la habitación descubre también que se encuentra sentado justo en dónde todas aquellas semanas había estado Kristoff encadenado al poste.
Siente sus hombros adoloridos por la posición incómoda en la que están sus brazos hacía atrás, sus muñecas atadas con esposas frías de metal que contrarresta con su calida piel que puede o no ser debido a una fiebre.
Inútilmente intenta buscar si tiene una herida de draugr, pero sus ojos siguen sin acostumbrarse a la luz y sólo en sus otros sentidos puede apoyarse.
—¡Tengo que felicitarte! Eres mucho más duro de lo que recordaba. Con razón sobreviviste hasta ahora. Como mi amigo el sheriff abandona a la gente, creí que también te habría dejado atrás hace un tiempo. Pero no fue así, ¿Cierto? Así que dime: ¿Dónde han estado?
Reconoció el tono arrogante y despotista que podía provenir sólo de Merle Dixon. Ese tipo que parecía llevar la insolencia impresa en su voz.
Y aún así, tan rápido cómo logró identificar su voz, recordó también cómo las últimas palabras que había escuchado fueron una confirmación de que éste mismo idiota, que a los ojos de Sigulf siempre había parecido sólo un seguidor más, en realidad había intentado ayudarlos.
La rigidez en su cuerpo puede indicarle a Sigulf que lleva bastante tiempo en esa posición incómoda, pero no puede saber con precisión cuánto ha pasado.
Todo indicaba que Merle aún no se había dado cuenta que estaba despierto y prefirió mantenerlo así mientras Sigulf terminaba de recuperarse y despertarse.
—Es sólo cuestión de tiempo hasta que lleguen aquí a buscarnos. —una voz desconocida resonó en la habitación, aquél a quién Merle le estaba hablando.
La manera en la que Merle había hablado antes de ese sheriff, cómo si el contrario lo conociera, le indicaron a Sigulf que tal vez su nuevo invitado se trataba de alguien que estuvo con Merle en el campamento de Atlanta.
Intentó recordar nombres pero ninguno llegaba a su mente ya que Dixon siempre se aseguraba de darles apodos ridículos.
Pero, sea quién sea el tipo, tal vez podría ayudarlos a él y a…
Mierda, ¿Dónde estaba Kristoff?
Parpadeó un par de veces, su cabeza moviéndose de un lado al otro en busca de su amigo, tal vez él también podría estar desmayado en la habitación.
Recordó la última vez que lo vió, la mirada desafiante que Kristoff le había dedicado al gobernador mientras sentía cómo Merle lo arrastraba de nuevo a la habitación, pero Kristoff jamás los siguió.
No parecía tampoco estar en la habitación, aún cuándo no podía ver correctamente, suponía que Merle o alguien más lo habría golpeado en el rostro ya que una mancha negra decidió instalarse en su ojo derecho sin motivo aparente.
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LOYALITET ✧ Glenn Rhee
FanfictionEn un mundo donde la muerte y la desesperanza son constantes, Sigulf deberá hacer todo lo posible para mantenerse firme con sus ideales y valores. Observa a su alrededor cómo el fin del mundo consume a las personas y no quiere que lo mismo le suceda...