Las reinas y su princesa habían salido de la oficina del director, la omega de cabello rojo estaba nerviosa, no paraba de juguetear con sus dedos evitando observar a sus progenitoras, caminan por los pasillos hasta que se detienen en seco. La reina rubia observa a su hija con un semblante enojado.
—Madres, ¿Que hacen aquí? –preguntó con preocupación en su tono.
—Un pequeño pez nos contó. –contesto la rubia acercándose a menor.
La alfa pelirroja solo observaba a ambas, sin decir una palabra, se sentía feliz, feliz de por fin haber hallado a su hija, ambas reinas estaban felices pero también estaban enojadas.
—¿Por qué te fuiste de esa manera Chelsea? –preguntó la alfa.
—Madre. . . ¿Por qué vinieron por mi?, ¿Por qué no simplemente tuvieron otra hija y se olvidaron de mi?
Aquellas preguntas ocasionaron un silencio rotundo, la alfa mayor no podía creer que su hija estuviera sin collar y actuando de esa forma tan liberal, mientras por otro lado Nerissa estaba aún más preocupada de lo que le pido haber pasado, como pudo liberarse del collar e irse sin que ninguna guardia la viera, así fue por semanas hasta que al fin la encontraron, pero algo noto la omega, marcas de chupetones y mordidas leves en algunas zonas del cuerpo de la joven omega. Chelsea al darse cuenta de que su madre la estaba mirando en las zonas marcadas solo pudo retroceder.
—¿Qué ocurre? –preguntó la alfa extrañada del comportamiento de ambas, pues se había pedido en sus pensamientos.
—Nuestra pequeña princesa tuvo relaciones. –musitó entre dientes.
—M-Madres puedo explicarlo, ¡No fui marcada! –excusó tratando de tapar sus marcas con sus manos, acción que le fue imposible.
—Van Ser Zee. –nombró con enojo en su tono—. Al menos dime que ese maldito bastardo se cuido.
—Es. . . E-Es una alfa, y-y si. . . Si se cuido. . . F-Fue amable –musitó con nerviosismo tratando de ocultar su sonrojo.
El corazón de la omega latió rápido al recordar la sensación de aquella noche, los tarros que recibió y como trato a la alfa. Un gruñido la hizo salir de sus pensamientos, el gruñido provenía de su madre alfa quien miraba ciega dirección del pasillo, un casillero, ese era el objetivo al cual le gruñía.
—Samara deja de gruñirle al casillero. –ordenó la omega.
La alfa hizo caso omiso acercándose con rapidez al casillero sacando sus garras clavandolas en el acero atravesando el material como si de un papel frágil se tratase.
—¡Maldición Samara no estoy para gastar dinero humano!
Chelsea estaba confundida, estaba agradecida que la acción de su progenitora alfa distrajera a Nerissa, pero algo cambio al escuchar un pequeño grito y con eso oler aquel aroma, el aroma de Ruby.
—¡No me hagan nada señoras por favor se los ruego! –exclamó temblando cubriéndose el rostro.
La puerta del casillero aún no era abierta, solo las garras de la alfa que habían atravesado el material eran más responsables de que hubiera un pequeño agujero. La reina Nerissa se acerca alejando a la pelirroja de manera brusca.
—Somos Van Der Zee, tenemos mucha reputación en el mundo humano como para que tus estúpidas acciones nos dejen mal paradas y la prensa empiece a escupir tonterías, imbécil. –le reclamó a su pareja con enojo—. Disculpa jovencita, mi esposa no quiso hacer eso, es que tiene impulsos, ya sabes, problemas de ira. –se disculpó.
Ruby no sabía que decir, estaba agradecida de que la tapa del casillero no se hubiera abierto.
—N-No se preocupe.
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~Escapando del mar~
RomanceUna historia de amor cliché. ⚠️No se tocan temas canonicos en su y no se tocaran aunque la película de haya estrenado. Esta historia empieza cuando Ruby cumple 17 años, en su último año de secundaria luego de vivir 3 años libre de las reglas de su...