Agatha y Astrid llegaron a una cueva lejana del pueblo, al salir de mar, la omega se esperaba lo peor.
—¿Quien te crees para llegar de la nada e interrumpir mi pequeña plática con mi hija? –cuestionó la de lentes.
—La ibas a matar, Agatha. –replicó la omega.
—Solo le iba a dar una lección para que no se vuelva a ir de esa forma, eso es todo, solo estaba poniendo un maldito límite. –musitó entre dientes.
La omega estaba por decir algo, hasta que sintió los labios de la alfa chocar contra los suyos sorprendiendola por completo, pero no podía negar sentir un gran alivio al sentir que su alfa la estaba besando después de tantos años sin recibir afecto de esta.
La de lentes introduce su lengua dentro de la boca de la contraria mientras la acercaba a su cuerpo de una forma no tan amigable actuando posesivamente sintiendo como la omega buscaba apartarse de la alfa.
Se separan del beso dejando un hilo de saliva como único testigo de aquel beso salvaje recibido.
—Te la voy a meter tan duro que vas a arrepentirte de haber vuelto a mi. –demandó quitando las prendas que cubrían a la omega.
Sin duda alguna, la Omega terminaría muy mal.
(...)
—Hoy pasaron muchas cosas, pero es mejor que disfrutemos nuestra cita y confiemos en la mamá de Ruby. –musitó la beta de cabello verde sosteniendo la mano de la morena mientras conducía camino a casa—. ¿Qué te parece si vemos una película y dormimos acurrucadas? –cuestionó con una sonrisa coqueta.
La beta de cabello rosa se sonroja al escuchar lo último asintiendo inmediatamente, estaba realmente ansiosa de los que podía pasar esta noche. Pero Bliss no podía evitar sentirse extraña, una sensación rara la recorría de pies a cabeza haciendo que empieza a sentir un poco de calor ignorando el hecho de que su auto tenga aire acondicionado.
—Bliss, está noche has estado algo extraña, linda, pero extraña, como si estuvieras nerviosa por algo. . . –musitó la pelirosa—. ¿Estás bien?
Bliss sacudió un poco la cabeza, ya estaban por llegar a casa pero no podía evitar sentir un enorme dolor en su cuerpo que no la dejaba en paz; "Maldita sea, ¿que mierda le pasa a mi cuerpo?" pensó la beta.
Al llegar a casa Bliss baja del auto seguida de Margot, quien muestra una alta preocupación al ver el estado de su novia, la beta pelirosa pensó por un momento en terminar con la cita hasta ahí, pero al entrar vio como la casa estaba decorada para un ambiente romántico, Bliss realmente se había esforzado, pero. . . Margot escucha un quejido por parte de la más alta, la morena se dirigió a toda prisa evitando que su pareja caiga al suelo.
—¡Ah. . .! No te preocupes por eso pastelito, estoy bien. . .
—No estás bien mi amor. . . –musitó la morena con preocupación en su tono—. ¿Qué te parece ir a tu habitación y descansar? –sugirió con una sonrisa acariciando la mejilla de la contraria.
—Solo si me prometes bajar otra vez y disfrutar de una película juntas. –pidió abrazando la cintura de la pelirosa— ¿me lo prometes?
Esto último causo en Margot una sensación de ternura, se notaba a lo lejos que Bliss no quería que su mal estar arruinara su cita. La morena asintió prometiendo cumplir la petición de su la chica de cabello verde.
(...)
Luego de horas cuidando y atendiendo a su pareja, Margot decide descansar en la sala mientras la mayor duerme en su cama, no entiende como fue que la alta pudo "enfermarse" de esa forma tan repentina, la morena cierra los ojos descansando una vez por todas de todo el ajetreo de ese día.
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~Escapando del mar~
RomanceUna historia de amor cliché. ⚠️No se tocan temas canonicos en su y no se tocaran aunque la película de haya estrenado. Esta historia empieza cuando Ruby cumple 17 años, en su último año de secundaria luego de vivir 3 años libre de las reglas de su...