Capítulo 10: Hechizo hipnótico

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- Soy Otho, Gran Patriarca y protector de Ciudad Goron.
Menciona el viejo y acabado goron sentado sobre un tapete hecho de paja con las piernas cruzadas dentro de los aposentos del gran patriarca, los cuales se encuentran dentro de Ciudad Goron, dentro de la Fortaleza Real donde nuestros guerreros ingresaron junto con su anfitrión real.
Ambos jóvenes se encuentran sentados frente a frente al patriarca tratando de hilar los hechos.
-¡A ver! ... Nos mentiste, ¿con qué fin? - pregunta Link intentando entender la situación.
-Yo no mentí, ustedes no preguntaron nada sobre mí, lo cual considero que es un acto muy imprudente viniendo de caballeros de la armada real- contesta orgullosamente el jefe goron mientras sus guardias le sirven un poco de licor de arroz en un ochoko y ambos muchachos se quedan mirando de manera amenazantemente ante tal comentario egoísta y bajo.
-¿Y el rollo de ser mercader?- preguntó de nuevo nuestro arquero.
-Eso no fue mentira
       -¡¿Cómo que un patriarca va a ser un mercader?!- grita Shion molesto casi a punto de levantarse del coraje.
       -Tranquilízate, chico, lo digo en serio. Primero díganme, ¿a qué han venido?- pregunta el viejo goron antes de dar un sorbo al sake.
-Venimos a realizar el chequeo periódico de la montaña, pero sabemos que no podríamos pasar en distintos puntos debido a las altas temperaturas, así que queríamos venir con usted para brindarnos lo necesario para acceder a las minas y cuevas- responde Link de manera tranquila y cordial con el objetivo de no dejarse llevar tanto por sus emociones.
Al escuchar las palabras del joven hyliano, Otho genera un sonido de alivio al terminar de tomar su sake antes de contestarle:
-No lo harán...
Ambos caballeros se quedan boquiabiertos antes de que Shion explotara de la rabia al negarles su ayuda y se levantara de su asiento mirando fijamente al patriarca.
-¡¿Cómo que no nos ayudará?! ¡Después de llevarlo por todo el camino se niega a apoyarnos!- comenta Shion molesto.
-Esta es la última advertencia, muchacho, ¡Cálmate! O haré que mis guardias te echen de la ciudad- responde el gran patriarca mientras los guardias observan con recelo al joven guerrero.
Este hecho genera desconfianza a Link, debido a que otro impulso pasivo-agresivo y los echarán de la ciudad. Así que se levanta para agarrar el hombro de su amigo con la intención de calmarlo y volverlo a sentar en el suelo, después busca una ramita tirada cerca y se la entrega a Shion.
-Ten, dibuja en el suelo - comenta Link mientras le enseña un pedazo vacío en la tierra llamando la atención de Shion para ponerse a rayar con ayuda de la rama y calmarse.
-No lo harán porque no es necesario que realicen un chequeo... - responde el viejo goron cambiando su semblante serio a preocupado, - nos encontramos en medio de una crisis territorial y económico. De alguna manera, las rocas de nuestras minas se vieron infectadas por una extraña solución viscosa de un color igual a la sangre coagulada. La más gravemente afectada fue la cueva de los Dodongos, la cual extraemos nuestro alimento alto en minerales y piedras preciosas que utilizamos para venderlos a nuestros pueblos vecinos, incluyendo La Ciudadela de Nueva Hyrule. Debido al hambre, algunos de los ciudadanos se atrevieron a comer las rocas a pesar de que estuvieran infectadas, pero empezaron a atacar a los demás sin razón aparente. Me di la terrible obligación de encerrarlos en la cueva cerrando el acceso de ésta y las demás para que nadie pudiera comer de esas rocas.
       -¿Sabe usted la razón de la infección?- menciona Link preocupado del acontecimiento tan catastrófico y deprimente.
       -No, lamentablemente, solo sé que la cueva de los Dodongos fue la primera en ser afectada. Por esto fui a las afueras del desierto Gerudo para traer algunas rocas que estuvieran sueltas y vender los pocos recursos que teníamos para conseguir provisiones, es por eso que les comenté que me había vuelto mercader jaja
       -¿Y realmente estaba cansado?- pregunta Shion tranquilo por el dibujo que acababa de realizar.
       -No, eso solo fue porque me gusta molestar a los turistas - se carcajea el viejo goron junto con sus guardias mientras Link le pone la mano en el hombro de Shion para que se calmara y no se levantase, - en fin, sabía que la guardia real vendría a realizar el chequeo y por eso decidí emprender el viaje justo antes para tener todo listo.
       -¿Todo listo?- ambos caballeros realizan la misma pregunta confundidos por sus palabras.
       El Gran Patriarca realiza un movimiento de manos para que los guardias se acercasen a los jóvenes guerreros y les suministraran un pedazo de tela roja el cual les serviría como banda para la cabeza.
       -Póngaselos- intervino Otho al ver que poseían las bandas en sus manos, -estas bandas son parte de la túnica que usó el héroe del tiempo, están compuestas de una tela mágica bendecida por las diosas que permite el aguante a altas temperaturas, les pido que vayan a la cueva y nos ayuden a investigar la causa raíz de este problema. Será peligroso, ya que algunos de mis mejores guerreros fueron infectados por la solución viscosa y posiblemente los detecte como enemigos potenciales, pero tienen mi consentimiento para atacarlos en caso de ser necesario. Son muy fuertes, así que podrán aguantar lo que les hagan.
       -¿Nos llamó débiles?...- pensaron ambos caballeros a la par mientras se colocan la banda en sus cabezas.
       -Te llamas Link, ¿verdad? Igual que mi bisabuelo- comenta Otho sintiéndose cómodo de conocer a alguien con el mismo nombre de su pariente.
       -Si, así se llamaba el hijo de mi pa... era el nombre de mi difunto hermano- contesta nuestro arquero mientras se amarra la banda por detrás de su cabeza, un poco incómodo por lo que estaba por comentar.
       -Ya veo, mi bisabuelo se llamaba así precisamente porque su padre conoció al mismísimo héroe del tiempo... me parece muy nostálgico- menciona estas palabras observando detenidamente el semblante de Link.
       -¿Cómo que nostálgico?- pregunta el joven guerrero confundido.
       -No, nada... - el viejo goron se empieza a levantar cuidadosamente, agarrando su costal de rocas que llevaba en su viaje, -Me retiro, muchachos, tengo que repartir comida a los ciudadanos. Dejo a mi pueblo en sus manos. Salven a mi gente, por favor, estaré al pendiente si necesitan de mi ayuda.
Ambos chicos se levantan de sus lugares para ser guiados a la cueva de los Dodongos por los guardias del gran patriarca.
Al llegar, observan unas enormes puertas de acero tapando la entrada por la cueva.
-¡Wow! ¿Tanta fortaleza para una cueva?- comenta Shion en tono burlesco.
-Los guerreros del patriarca suelen medir mínimo 3 metros y llegan a pesar más de 300 kilos, por lo que es necesario colocar un material muy resistente para evitar que pudieran derribar las puertas- comenta uno de los guardias, provocando que ambos muchachos se sorprendieran de la altura y peso de los goron que estaban a punto de enfrentar, -les abriremos la puerta y nos quedaremos afuera en caso de que requieran salir, una disculpa por no poder acompañarlos pero somos sensibles ante el aroma de las rocas y podríamos infectarnos...
       Los guardias se acercan a las puertas y colocan la llave sin abrirlas, ya que podría haber alguno de sus compañeros tratando de salir.
Al no sentir ningún tipo de resistencia, los goron echan un vistazo por adentro de la cueva hasta darse cuenta que no había nadie en lo absoluto.
       -Les abriremos la puerta para que puedan acceder, en cuanto entren la cerraremos por precaución- comenta el goron que sostenía la puerta para que no se abriera.
       -Si necesitan salir toquen 3 veces y les abriremos en seguida- menciona el goron que tenía la llave en sus manos y ayudaba a su compañero a sostener la otra puerta.
       -De acuerdo - responde nuestro arquero, Link, mientras observa a ambos guardias haciendo resistencia para evitar que de un descuido se abra la entrada.
       -Adelante- ambos goron abren ambas puertas, dándoles indicaciones a los jóvenes guerreros para que entraran rápidamente y éstos atendieron sus señales y entraron rápidamente en lo que la entrada estaba abierta.
       Al estar dentro de la cueva, los goron cerraron las puertas de par en par detrás de ambos caballeros, mientras echan un vistazo a los alrededores de la cueva utilizando una de las antorchas que había en los alrededores.
       -¡Wow! Cualquiera se pondría de mal humor si observa este ambiente - comenta Shion observando que las rocas se notan de un color rojo intenso, como lo había comentado el gran patriarca.
       -Vamos, tenemos un tramo muy largo por recorrer, si notas algún movimiento me avisas y te aviso si observo algo raro - responde Link en lo que ambos avanzan por la cueva libremente gracias a la banda que llevaban en la cabeza.
       -¿Qué crees que sea lo que estamos buscando exactamente? - pregunta Shion después de recorrer unos 30 minutos luego de haber llegado al corazón de la cueva donde se pueden observar grandes lagos y cascadas de lava igualmente contaminadas como las rocas.
       -No sé, me imagino a una gran babosa dejando su rastro por la cueva o un gigante de lava vomitando una sustancia oscura que genere ese color
       -Te imaginas cosas asquerosas y, ¿cómo explicas a los goron zombis?
       -No sé, Shion, ¿tú qué piensas?- voltea Link y en un segundo aparecieron unos ojos lúcidos detrás de su cabeza, llamando la atención de su compañero.
       -¡Cuidado!- grita Shion lanzando rápidamente una daga por al lado de la mejilla de su amigo, penetrando los ojos terroríficos que revoloteaban por detrás de Link. Se acercaron a revisar qué había sido y resultó ser un murciélago que estaba a punto de atacar por detrás del joven.
        -Gracias, br... - Link no termina de decir su oración debido a que observó unas espeluznantes luces rojas por detrás de su amigo, a punto de darle un golpe a puño limpio con sus gigantescas manos.
       -¡Agáchate!- grita Link mientras sale disparado embistiendo a su amigo antes de que el puñetazo le llegara a la cabeza.
       Un espantoso estruendo se escuchó después de esquivar el golpe, resultando ser uno de los guardias encerrados en la cueva hechizado por la sustancia sospechosa que recorre la cueva.
       -¡¿Y éste de dónde salió?!- pregunta Shion exaltado de la situación.
       -No tengo idea, pero tenemos que...- el caballero no logra terminar su oración debido a que frente a ellos se visualiza otro de ellos, alzando su brazo con el puño cerrado para aplastarlos a ambos que están en el suelo.
       Al bajar el puño, Link y Shion rápidamente ruedan en sentido contrario uno del otro para esquivar el ataque, produciendo un estruendo similar al anterior.
       Se establece el campo de batalla, quedando finalmente ambos caballeros en esquinas opuestas con un contrincante cada uno.
       Link intenta usar su espada para poder atacar al rugoso cuerpo del goron, sin embargo esto no le hace ningún daño a su adversario debido a lo fuerte que era la superficie de su piel, siendo éste igual de resistente como el acero. Debido a esta dificultad, nuestro caballero se ve obligado a usar su escudo y tácticas para esquivar que le había enseñado su mentora durante toda su estancia en la academia.
       Shion tiene el mismo problema, él con su agilidad intenta esquivar los ataques de su adversario al mismo tiempo que toca puntos sensibles para poder buscar el punto débil de su contrincante. Sin embargo, esta táctica resulta inútil al ser un cuerpo muy grueso y con muchísimas grietas.
       -¡No encuentro su punto débil!- reclama Shion harto de no poder hallar su vulnerabilidad.
       -¡Tiene que haber algo que podamos usar a nuestro favor!- responde Link pasando el puñetazo de su contrincante por al lado de su brazo quedando a espaldas de éste y empujándolo con ayuda de su escudo.
       Al observar la nuca del goron enemigo se da cuenta que en una de las grietas que tenían entre la piel rocosa tenía una verruga del color de las rocas contaminadas. Esto le llamó la atención al joven guerrero, dando paso a su nuevo plan.
       Rápidamente, el guardia goron da la vuelta con su puño cerrado con el fin de atacar al joven guerrero, quien lo esquiva bajando la espalda hacia atrás mientras el puñetazo era lanzado por arriba de Link. Antes de levantarse a su posición normal, agarra un poco de tierra del piso y al levantarse lo arroja directo a los ojos del goron haciéndolo retroceder. Este acontecimiento le da la oportunidad a nuestro arquero para pasar por detrás de su contrincante y usar una de sus flechas para perforar la verruga. Rápidamente agarra otra para ponerla en su arco y lanzarla con el propósito de eliminar la misma protuberancia del enemigo de su compañero.
       Al reventar el bulto que sobresalía de sus cabezas, ambos goron caen inconscientes y rendidos ante el impacto del ataque. Después de unos segundos, ambos despiertan confundidos por lo que había pasado, dando a entender a los caballeros que habían salido de su estado hipnótico y les permita ayudarlos a levantarse.
       -¿Se encuentra bien?- pregunta Shion mientras ayuda a levantarse al goron que hace unos minutos estaba combatiendo.
       -S-sí... p-pero, ¿qué hago aquí?- responde el goron mientras se levanta poco a poco con ayuda del joven caballero.
       -Estaban hechizados o algo así... - responde Link ayudando al otro confundido al igual que su compañero, - Somos caballeros de la armada real, el Gran Patriarca nos mandó a este lugar para hallar la causa raíz de la contaminación de las cuevas.
       -Ya veo, muchas gracias hermanos hylianos, pero no recuerdo nada de mi estancia en este lugar- contesta el goron mientras es acompañado por Link hacia dónde estaba Shion y el otro guardia.
       -Lo sabemos, no se preocupen. Vayan con el Gran Patriarca, nosotros nos haremos carg...- Link no termina la oración, debido a un terremoto que agrieta el suelo alejando al joven hyliano de ambos goron y su compañero.
       Impactados por el suceso tan inoportuno, se alteran un poco intentando mantener el equilibrio mientras el piso se abre poco a poco, dejando a Link completamente lejos de los demás en un pedazo de tierra que se va bajando hacia lo más profundo del abismo causado por tal movimiento terrestre.
       Link intenta saltar del otro lado para agarrar el brazo de su compañero, sin embargo la distancia fue tan alta que muy a penas alcanzó a rozar sus dedos.
       Incapaz de sostenerse de algo, el joven caballero cae en la oscuridad de la grieta causada por el terremoto.
       -¡Link!- grita Shion al ver a su compañero cayendo por el agujero.

Fin del capítulo 10

The Legend of Zelda: Link's sinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora