capítulo 7: un viejo conocido

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Anteriormente. En el capitulo anterior pudimos observar como nuestros asesinos favoritos pudieron despertar a sus dragones celestiales legendarios lo que provocó un enorme escalofrío en Andark y Baram quienes se colocan en posición de ataque esperando los ataques de los dragones, mientras tanto....

- dragones.... ¡¿esos son nuestros dragones?! - *preguntó Chelsea al ver a su dragon protegiendola del peligro*

- la respuesta es mas que obvia - *dijo Najenda mientras fuma* - ahora tenemos el poder absoluto y nos la pelan jajajajajajaja!!!

- esto... jefa... nuestros compañeros están muy heridas, además que no pueden mover ni un solo músculo - *dijo Chelsea mientras señala a todos sus compañeros quienes estaban en el suelo mientras se quejan del dolor* - ya no sean chillones.

Entre todos los miembros de Night Raid, la única quien quedaba en pie era nuestra asesina de ojos rojos quien seguía con la katana en su mano mientras su dragon veneno esta a su lado listo para la batalla. Mientras tanto los dos demonios al ver que los usuarios de dichos dragones estaban heridos y paralizados. Eso les daría la oportunidad al enemigo para atacar y matarlos.

- parece que lograron despertar a sus dragones, pero lamentablemente ustedes no tienen las fuerzas para pelear - *dijo Andark* - como un dragon celestial legendario podrá pelear sin su usuario, sería muy patético además de ser débil.

- basta de juegos - *dijo Baram mientras arrastrá sus espadas* - es nuestro momento de matarlos antes de que se levanten.

Dicho esto ambos demonios del infierno sacan sus armas para luego caminar rumbo a nuestros asesinos, por otra parte los dragones al ver esto se ponen a la ofensiva para proteger a sus usuarios quienes apenas habían logrado moverse.

- Akame.... vete de aquí - *dijo Tatsumi quien apenas se pone de rodillas*

- ¡¿acaso están locos?! No los dejaré aquí - *exclamó Akame*

- escucha. Entendemos que no nos quieras abandonar pero entiende que esos no son enemigos cualquiera, cada uno de sus golpes duelen mas de los que combatimos - *dijo Bulat quien logra levantar y apoyarse con su espada*

- y sus ataques de fuego son peligroso - *dijo Lubbock quien sigue en el suelo* - si no hubiera esquivado dicho ataque seguramente hubiera muerto.

- no importa lo que digan. Yo me quedaré con ustedes - *dijo Akame*

- Akame entiende, debes irte junto a esta chica - *dijo Najenda señalando a Zero Two quien seguía inconsciente* - ustedes dos puedes derrotar a esos demonios pero no lo lograrán si todos morimos aquí.

Akame no sabía que decisión tomar, abandonar sus amigos para sobrevivir o quedarse y morir. Era una decisión que no era fácil de tomar, pero su tiempo se había acabado. El rey de los demonios, Baram. Y el mandamiento de la paciencia, Andark atacan al mismo tiempo para matar a nuestros asesinos.

En ese momento todo se mueve lento en forma de cámara lenta, los dos demonios saltaron al mismo tiempo para matar a sus presas mientras los dragones intentan detenerlos. Pero parecía que los dragones no lo lograrían. Akame pensó que sería su fin, el final de su vida. Cuando ambos demonios estaban apunto de matarlos, inesperadamente algo cae del cielo colocándose entre los dragones y los demonios creando una nube de polvo.

Nuestros asesinos al ver eso se quedaron sorprendidos y atónitos, no sabían de que se trataba pero por otra parte Baram y Andark sabían perfectamente de quien se trataba. Derepente en ese mismo momento sale una persona con una armadura puesta. Parecía una especie de monstruo.

 Parecía una especie de monstruo

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