♡ Capítulo cinco.

44 5 0
                                    

— ¿¡Que le dejaste qué!? — La voz de Carre retumbó en la habitación, haciendo que mis oídos dolieran

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— ¿¡Que le dejaste qué!? — La voz de Carre retumbó en la habitación, haciendo que mis oídos dolieran.

— No es gran cosa, tengo más. — Hablé con poca importancia, sin separar mi vista de la pantalla de mi teléfono, esperando alguna notificación de alguien, especialmente de alguien a quién recién le dejé mi número.

— ¡No hablo de eso, boludo! Tus gorros me chupan la pija, ¡hablo de tu número! — Rodé los ojos.

— ¿Qué tiene de malo eso? —

— Su novio va a matarte, ya casi te mataba hoy solo con la mirada, pato. —

La palabra novio retumbó en mi cabeza.

Novio.

Pft, su novio me la pela.

— Seguro es de esos novios controladores que no les dejan tener amigos ni hablar con chicos. —

Tenía sentido, alcé mi mirada a Carre. — Por eso actuaba así. — El asintió con una expresión obvia. — Pues ahí ellos, me da igual. — No me daba igual, por algún motivo no me daba igual.

Quería que un mensaje se notificara en la pantalla de mi teléfono, ya llevaba viendo la pantalla por los últimos cincuenta minutos desde que entramos al apartamento. Incluso Carre se duchó, y yo seguía viendo la pantalla, esperando.

Un suspiro pesado salió de mi, aparté cada pensamiento estúpido que se me cruzaba por la mente y bloqueé mi teléfono, poniéndolo con la pantalla hacia abajo sobre el sofá y me acurruqué en mi asiento, necesitaba dormir todo el día, ya que desde mañana comenzaríamos con el plan de “formar a la banda de nuestros sueño” y ya no tendríamos mucho descanso.

Un suspiro pesado salió de mi, aparté cada pensamiento estúpido que se me cruzaba por la mente y bloqueé mi teléfono, poniéndolo con la pantalla hacia abajo sobre el sofá y me acurruqué en mi asiento, necesitaba dormir todo el día, ya que desde ma...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una semana pasó. Roier y yo nos encontrabamos en mi habitación. Yo leía, mientras el jugaba Counter-Strike en mi computadora.

— ¡Hijo de puta! — Gritó, llamando mi atención. — ¡Por la espalda no! — Dejé salir una risa y volví mi mirada a mi libro. Dolores Claiborne de Stephen King. — Malditos tramposos. — Se quejó Roier levantándose de la silla y se acercó a la cama, dejándose caer a los pies de ella.

You're Not My Type. [♡] Quackity n' Roier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora