Lamia

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El monte olimpo, el majestuoso hogar de los dioses se escuchaban gritos de puro enojo, pues Hera estaba furiosa ya que Iris le acaba de informar sobre una nueva amante de Zeus.

— ¡No puedo creerlo!—grito con furia.

— Lo siento mi señora—se disculpó Iris.

— Iris no es tu culpa...¡ES CULPA DE ESA MORTAL!—grito nuevamente, porque si, la nueva amante de Zeus era una mortal llamada Lamia reina de Libia.

Lo peor no era que Lamia había tenido un hijo, sino que su relación con Zeus parecía ser ya desde hace mucho y como resultado esa mortal se atrevía a tener seis hijos con su marido. Hera pensaba en cómo vengarse de tal osadía, hasta que se le ocurrió un brillante plan.

— Iris dile a Hebe y Ilitia que están a cargo mientras no estoy, solamente tu y Hebe pueden entrar a mi habitación para limpiar, que Ares y Enío no causen destrozos y vigila a Zeus—le dijo.

— Claro mi señora como usted ordene, pero ¿que va hacer?—preguntó, Hera tenía una singular y aterradora sonrisa.

— Ya te enterarás Iris—contesto para salir de su habitación.

¿Cual era el plan de Hera? Simple se disfrazaria de mortal como una sirvienta en el palacio real de Libia, así lo hizo la diosa. Nadie la reconoció por su disfraz y eso le convenía mucho, sintió pura rabia cuando tuvo que servirle la comida a esa mal nacida de Lamia que felizmente le estaba dando de comer a su hijo de unos meses de nacido, pero eso terminaría pronto.
En la noche Hera le lanzó a Lamia un ataque de locura, Lamia enloquecida viendo a su alrededor horrendos monstruos asesino a sus hijos salvajemente creyendo que eran horribles criaturas, escuchándose sólo sonidos de carne cortándose gritos de niño y llanto, cuando Lamia volvió en sí miró sus manos y ropa llenas de sangre y luego la escena frente a ella, sus hijos muertos.

Lamia se quedó petrificada ante tal escena, al saber que fue ella quien lo hizo se echo a llorar y gritar de tristeza y culpa, mató a sus hijos lo que más amaba los asesino, Hera ya en su forma inmortal entró al lugar y maldijo a Lamia, convirtiéndola en una horrible monstruo, en la zona baja de su cintura empezaron a brotar verdes escamas, sus piernas desaparecieron uniéndose en una cola de serpiente y su hermoso rostro se lleno de escamas. Lamia huyo de Libia y se escondió en un bosque, con la maldición Hera impidió que cerrará los ojos para así ver siempre la imagen de los hijos que ella asesino; desde el olimpo Zeus estaba discutiendo con Hera.

— ¡¿Debías convertirla en un monstruo?!—pregunto gritando.

— ¡Ella se lo busco!—grito.

— ¡Hiciste que asesinara a mis hijos!, ¡¿como pudiste?!.

— ¡Tu ya tienes hijos conmigo! y si no recuerdas YO soy tu esposa y aun así te metiste con esa mortal, dime Zeus ahora que es un monstruo ¿sigues deseandola? ¿A la mujer que te dio tantos hijos aún la amas siendo un monstruo?—ante esto Zeus se quedó callado.

Sin embargo Zeus compadeciense de quien fue su amante le dio a Lamia la habilidad de quitarse y ponerse los ojos, Lamia entonces se convirtió en un monstruo que secuestrada niños por envidia de la dicha que tenían otras madres, ella sería una de las muchas pruebas vivientes de las consecuencias de meterse con el rey de los dioses y la ira de Hera.





























Créditos de la imagen a quien corresponda.

Hera One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora