Capítulo 37: Después de la traicionera verdad

3.2K 366 55
                                    

Actualización 1/2

Capítulo 37: Después de la traicionera verdad

SHEILA BICHÉ

Minutos antes...

No podía dejar de sentirme culpable, en especial cuando llegué a mi casa e Ian se alegró tanto de verme.

Solo recordaba a Dixon Pomelo, intentaba ser cariñosa como siempre, alegre, recordar que amaba a mi esposo, que por eso me casé y que él solo fue un pasatiempo, pero me era imposible intimidar, Ian tampoco insistió en follar, no sabía si aun mi piel tenia el olor a Dixon.

Esperaba poder quitarme de la cabeza a mi amante y así poder seguir con mi vida, quitando de mi mente ese pensamiento donde me pidió escaparnos juntos.

Esta era la decisión correcta, estaba segura.

Al llegar a la fiesta noté que Ian estaba volteando la cabeza por todos lados.

—¿Qué buscas? —dije algo entretenida.

—A Noemí —respondió con el ceño fruncido, lo conocía bien, sabía que mi querido esposo estaba molesto.

Me parecía tierno que se comportara como su padre y la sobreprotegiera.

—Déjala tranquila, debe estar divirtiendose o con algún amiguito por ahí.

—¿Amiguito?

Le guiñé un ojo.

—Cosa de solteros... —me reí un poco, él sabía a lo que me refería, es decir, nosotros fuimos unidos por la pasión en nuestra soltería.

Él se rió pero no parecía nada tranquilo, evidentemente esas bromas no le agradaban, lo volvian celoso, me daba cierta satisfacción de que protegiera mucho a mi hija.

Él se giró y vi un chupón en su cuello, ¿o era un golpe? No, eso definitivamente era un chupón, yo se los dejaba antes.

—Ya vengo. —dijo.

—Okey. —dije y él ni siquiera me miró, solo se fue.

De repente me puse a pensar en que Ian se hubiera acostado con otra.

¿Y si esta otra estaba en la fiesta?

Ahora que lo pensaba Noemí había actuado raro, de seguro sabía algo de esa aventura que tuvo Ian, apreté los labios al pensar en esa posibilidad.

Decidí buscar a Noe y preguntarle si sabía algo de lo que habia pasado mientras no estuve.

Vi a André.

—¿Has visto a Noe?

—Creo que iba a tomar aire.

Fui al balcón.

Y los vi de afuera, se estaban besando.

Mis ojos no asimilaban lo que estaba frente a mí ellos comiéndose la boca mientras le metía la mano en el medio de las piernas.

Sentí que miré rojo mientras iba hacia él y lo empujé hacia atrás.

—¡Aléjate de mí hija!

Él pareció sorprendido y entonces perdiendo el equilibrio cayó a la piscina cuando lo empapé por completo.

—Mamá —dijo Noemí sorprendida arreglándose la ropa, podía verlo en sus ojos; culpabilidad pura.

—¿Pero que significa esto, Noemí?

Sus ojos se cristalizaron.

—Mamá...

Entonces lo entendí.

Ian sí había tenido una aventura. Con mi hija. Mi única hija.

Me precipité hacia ella y la empujé también a la piscina para que ambos se mojaran en su propia falsedad, mis ojos cristalizándose ante semejante traición.

Me di la vuelta y corrí lejos de ahí.

Mi esposo.

Mi hija.

Dixon... yo también había hecho lo mismo, solo que no dolía menos.

Todo el camino de regreso a casa lloré y estaba tan perturbada que perdí el camino y el auto se subió a la acera chocando con un hidrante que empezó a llenar todo el sitio de agua.

Pegué la cabeza del volante sintiéndome destruida mientras la bocina sonaba.

¿Cómo no lo vi? Realmente nunca pensé que esto pudiera pasar.

Que tonta me sentía, se burlaron de mí en mi propia casa.

Acomodé mejor mi auto y dejé el hidrante botando agua, realmente no me importaba nada. Me senté en la entrada de mi casa sintiendo el frio hacerme temblar los huesos, las luces de navidad junto con la nieve que empezó a caer lucía hermosa, pero a mi solo me daba tristeza.

Mi teléfono empezó a sonar y vi que era Dixon, tragué pesadamente saliva y contesté:

—Hola. —mas que un saludo sonó como un ruego.

—¿Estás bien? —dijo.

—No —susurré, solo quería que me devolvieran de vuelta a esos grandiosos días cuando estuve con él sin que nada más importara.

—¿Qué pasó? —preguntó.

Solté un suspiro.

—Mi esposo... en mi ausencia estaba con mi hija, los vi enrollarse en una fiesta, en mis narices —susurré en un hilo de voz.

Él se mantuvo por un momento en silencio y dijo:

—¿Dónde estás ahora?

—Afuera, no sé que hacer.

—Ven conmigo —propuso—, te mandaré el pasaje de avión.

Negué con la cabeza a pesar de que sabía que no me veía y pasé una mano por mi cabeza.

—Tengo... —jadee— tengo que pensar las cosas.

—Vale —susurró.

Colgué y entonces entré a la casa cambiando la combinación del sistema de seguridad, aún no sabía lo que iba a hacer, pero esos dos no iban a quedarse aquí esta noche.

.

.

.

.

.

*************

Dos capítulos pero recuerda votaaaarrrr :D

Ian Está Prohibido (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora