Las coníferas formaban grandes muros a su alrededor permitiéndoles escabullirse entre su follaje, y a su paso, el sonido de las ramas rotas irrumpía el silencio que los abrigaba.
El camino se iba perdiendo entre las sombras negruzcas que sobresalían de los árboles, era cuestión de tiempo para que el sendero detrás de ellos se ahogara con la penumbra que caía sobre sus cuerpos. Pero continuaron avanzando sin darse un segundo para limpiar las gotas frías de sudor que bajaban por sus rostros, fruto de las horas que llevaban atravesando el bosque y del flujo de aire fresco que se calaba de la espesura.
Y conforme se impulsaban de las gruesas ramas repletas de musgo verdoso, el olor a humedad se acrecentó, y con ello un frío helado terminó por corroerles la piel, erizando cada centímetro minúsculo de sus brazos y piernas.
Etsu arrugó el puente de la nariz como si hubiese detectado un olor desagradable, y vislumbró angustiado la escena que se levantaba. El ocaso se llevó lo últimos rayos del sol, y la noche terminó por borrarles la visión del intrincado camino. Estaban completamente envueltos por la oscuridad de la niebla que sólo llegaban a distinguir sus pasos a pocos metros de distancia.—Se están acercando rápidamente —informó Etsu con un ligero nerviosismo. El muchacho cerró los ojos y se llevó la mano derecha a la altura de la boca para realizar una posición de sello. Su chakra se comenzó a mezclar con el ambiente y al cabo de unos segundos ya había escaneado la zona con un radio aproximado de doscientos metros—. Son tres, y un rastreador viene con ellos —musitó.
—No —dijo Itachi con total seguridad, podía identificar más de tres presencias acercándose peligrosamente por los costados—. Son tres, pero hay uno más rodeándonos desde otra dirección, ha ocultado su chakra en el flanco este, es un rastreador y viene con un perro.
—¿Cuál es el plan? —preguntó el empalidecido rostro de Enma, que se desvió por primera de vez del frente para mirarlo directamente.Itachi aceleró el paso con zancadas diestras adentrándose por completo en el interior del bosque neblinoso. Aquello lo hacía pensar. Si su propio equipo creía que estaban es desventaja, era evidente que sus cazadores estaban convencidos de ello.
«Si traen al perro están en la misma situación que nosotros, se les dificulta ver en la neblina. Necesitan de un perro para que los guíe.» se dijo internamente. Y la mirada que desprendían sus ojos se tornaron vivaces, con una intensidad ansiosa, emergieron centellantes y bermellones en medio de la oscuridad y la maleza.
—Llévenlos a lo más alto del bosque, allí la niebla es más densa. Desde ese punto les haremos frente —informó Itachi con voz fuerte.
A su espalda Etsu y Enma asintieron sumergiéndose de lleno al sombrío lugar, metros adelante escucharon el correr de un arrollo y Etsu ejecutó una bola de fuego sobre el agua y al instante se levantó vapor incrementando la bruma de la atmósfera. Pero aquello había sido una mala idea, el estallido captó la atención de sus perseguidores revelando su ubicación en el terreno.
Las zancadas a sus espaldas se hicieron más notorias que en un principio, pero no les preocupó de primer instante, si se apresuraban podrían separarse y desorientarlos. Itachi contuvo la respiración y se giró de pronto al escuchar un sonido similar a una ventisca brotar de entre las ramas como un rayo.
Y un golpe seco envió a Enma varios metros atrás impactándolo contra un árbol, terminando así con su implacable avance. Obligados detuvieron su camino; el rostro del terror apareció en sus semblantes al mirarse interceptados por otro pelotón de defensa.
Enma se incorporó y limpió con sus puños el delgado hilo de sangre que resbaló por la comisura de su boca.
Un par de metros abajo, entre los arbustos y el fango, unas figuras borrosas se internaron rodeándolos por completo. Itachi no se turbó al ver al resto de sus perseguidores riendo con alboroto, pero si se sorprendió de lo rápido que habían dado con ellos, a pesar de haberlos detectado con anterioridad habían sido terriblemente silenciosos.
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- Recuerdos de una Noche Roja -
FanficItachi recibe su última misión. Tiene que asesinar a su clan, y eso lo obligaba a renunciar a la nueva vida que empezaba a imaginar, a olvidar sus planes, sus aspiraciones ya un futuro con sus padres, con su hermano y con Sakura. La pequeña de cabel...