Declaración Fallida

Cuatro

Cuarto intento

Los minutos pasaron, se sintieron como horas para mi.  la hora de salida llegó. El atardecer era bello. Me imaginaba que habría pasado si todas las veces que intente confesarle mis sentimientos a mi Crush no habrían muerto en el intento. Quizá el destino le decía de una y mil maneras que no lo hiciera. Pero como era demasiado despistado no entendía las señales. Cansado de tanto quemar sus neuronas en el cerebro me decidí que si está vez no podía declararme a la persona de la cual estaba enamorada, quizá era hora de renunciar a mi amor unilateral por más de cinco años.

—¿Vamos al Karaoke o al cine? —La voz a mi espalda me hizo exaltarme . Haciendo que el personaje que acababa de hablar se riera tiernamente.

—Me asustaste. Quiero ir al karaoke. No hay ninguna película que quiera ver por el momento. ¿Te parece? —pregunté, él hambre se había ido luego de pensar que iba a estar solo con él.

—Bien, manos a la obra entonces.

El camino fue corto. Al llegar al karaoke, TaeHyung pidió una sala y entramos, cantamos varias canciones las horas pasaron rápido y la noche había caído.

El ambiente de la nada se puso romántico y con la oportunidad decidió que era mi última oportunidad. Si fallaba, estaba decidido a rendirse con su amor platónico de muchos años. 

—Es tu turno Jungkookie —quien sabe cuantas canciones habíamos cantado,  era mi turno para cantar mi parte de la canción. Paré la canción, mi Hyung me vio con el ceño ligeramente fruncido, normalmente él era el que paraba las canciones mientras yo fastidiaba cantando una tras otro temazo. 

Suspiré esta era mi ultima oportunidad. 

—Desde hace mucho que nos conocemos —comencé mi narrativa —Me has ayudado y protegido mucho, has estado ahí cuando más lo necesité. Has sido mi confidente, no, en la persona en la que más confío, por eso yo.... —pienso en cómo decirlo sutilmente. —Yo quiero decirte que tú realmente me gust... —la frase fue terminada, sin embargo no escuchada. El sonido de la sala anunciando que nuestras horas estipuladas para estar en el karaoke se habían terminado. Tanto esfuerzo para nada —pensé.

Resignado en saber que esa era mi última oportunidad, decido recoger mis cosas. Tal vez el destino se apiadaba de mi después de todo y no quería que me humillara. Sabía que mi hyung nunca me miraría con otra intención mas que una amistad de ''hermandad".