El Príncipe de Busan

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La melodiosa voz que rompía con el silencio en aquella aula estaba poniéndole un tanto nervioso.

Era la cuarta vez que veía de reojo al azabache mientras ambos colocaban y acomodaban sobre una base la maqueta del proyecto que Tae iba a presentar a la universidad.

Jungkook seguía tarareando esa melodía mientras movía algo de la maqueta y luego iba hacia su cámara, observaba por su lente y luego regresaba hacia la base para mover algo de nuevo.

La voz del pelinegro era bálsamo para los oídos del joven arquitecto.

-No me dijiste que sabías cantar..- dijo Tae para romper el silencio de una vez, no soportaba más el no interactuar con el azabache. Tenía días notando una ansiedad que crecía en su interior, una necesidad de cercanía al chico de linda sonrisa. Se sentía raro. Constantemente nervioso e inclusive con algo de mal humor si no lograba verlo en el día.

Pero todo eso se esfumaba..... apenas estaba cerca del joven fotógrafo. 

-No sabía que me escuchabas...- dijo sonriendo de manera coqueta al castaño, guiñándole un ojo en el transcurso.

Tae podía sentir algo efervescer por dentro de su pecho. ¿Porqué estaba reaccionando de aquella manera? ¿Y Jimin? Jimin..... según sus palabras su alma gemela, unidos desde infancia, juraron estar juntos en las buenas y en las malas. Algo que había nacido como una gran amistad, llegando la adolescencia, se volvió algo más. Algo más fuerte, más atractivo, más sensorial.

Pero aunque todo eso le pasaba cuando veía a su bonito novio, debía aceptar que lo que sentía desde el primer momento en que vio al pelinegro era algo muy distinto..... y mucho... mucho más fuerte. Y ahora sentía una especie de culpa. ¿Culpa? ¿remordimiento? no podía ser eso si él no había caído en los brazos del azabache ¿o si?. No ha cometido ninguna falta.... ¿cierto?

-¿Te dejo seguir en el limbo....o terminamos de trabajar?- le dijo con burla Jungkook una vez que le atrapó sumergido en sus pensamientos.

-¿Ah?- contestó Tae al reaccionar al llamado de su compañero. -¿Disculpa?

Jungkook se carcajeó por lo visto y esa risa contagió al castaño de forma inmediata, comenzando a reír también pero de forma más discreta, ya que las del azabache era sonoras carcajadas.

Taehyung fue elevando el tono de su risa hasta que terminó igual al contrario, con las manos en el abdomen tratando de calmar un poco sus carcajadas, liberando pequeñas lágrimas de sus ojos.

-¡Yaaaa!- exclamó el castaño palmeando el hombro del pelinegro de forma despreocupada.

-¡Qué! ¡jajajaja!- correspondió Jungkook, aun muerto de risa, devolviendo la palmada.

-¡Ya! ¡Basta!- le reclamaba en tono aterciopelado, resentido, como el tono de un niño mimado, asomando apenas una sonrisa.

-¡Basta ¿de qué?!!

-¡Jungkook! ¡Deja de burlarte!- gritó acercándosele para empujarlo por los hombros, pero con una rapidez que sorprendió al castaño, el pelinegro se quitó del frente, provocando que Tae fuera a caer totalmente de boca contra el piso.

-¡Ahh!- gritó Tae mientras cerraba los ojos al sentir la inminente caída e impacto contra el suelo. Sin embargo, esto nunca llegó.

Se sintió suspendido en el aire y al mismo tiempo rodeado de un aroma totalmente embriagante. No pudo hacer mas que aspirar profundamente, llenando sus pulmones y fosas nasales de ése divino aroma que le estaba emborrachando de una manera sutil y seductora.

Abrió sus ojos lentamente, solo para toparse con los enormes ojos del pelinegro.

Sus rostros prácticamente a milímetros. Sus alientos rozando la boca del otro.

Before Midnight🌙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora