Introducción

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No estoy listo.

Siempre creí ser fuerte, mi entrenamiento y las severas miradas de las personas a mi alrededor me habían hecho imaginar que mi fortaleza era suficiente para cualquier tipo de situación, pero nunca fue así; meses de total agonía en una cama improvisada, con focos de poca iluminación que me daban esperanzas de continuar.

Mis pesadillas fueron mis leales compañeras, ellas nunca me abandonaron y me hicieron creer que también estabas aquí; a pesar de que me hacían entristecer, nunca deseé que se detengan... Porque al menos ahí podría mirarte y tocarte, besar tus labios como la última vez, observar tus atentos ojos que me avientan al acantilado más profundo, todo eso hasta que tú me empujes y digas esas crueles palabras con la mirada más indiferente que jamás creí que vería en vida.

"Arresten al asesino de la Reina"

Después de ese incidente, llevan buscándome sin descanso, el odio que me tenían se intensificó, ahora mi cabeza tiene precio y sube cada semana solo porque no logran dar con mi ubicación.

Agradezco a Gloriana por su enorme misericordia, aún nadie conoce mi paradero ni me han visto deambular por comida.

No he visto a nadie de la academia, al menos no de tan cerca, Tood sigue actuando de la misma manera y alardea con su grupito que algún día me capturará.

He evitado salir desde que se cumplieron 7 meses después de mi desaparición.

No estoy listo.

Fueron 7 meses donde la soledad había sido mi abrigo de todos los días.

Fueron 7 largos meses en los que me asuste millones de veces por ser primerizo. Me enfrente a mi dolor y mis miedos, mientras veía como mi cuerpo cambiaba de manera extraña, mi aroma se combinaba con el suave olor de la miel y tu ausencia afectaba mis instintos como omega.

Mi vientre había crecido, los primeros meses creí poder sobrellevarlo, me sentía liviano y hasta feliz, la soledad estaba a punto de salir de mi hogar; sin embargo, mi cachorro empezó a crecer, aumentando el tamaño de mi vientre y haciéndome sentir pesado, era inquieto y muy despierto, siempre lograba despertarme y hacer que le hable a pesar de no obtener respuesta.

Creo que cometí un ligero error, yo nunca estuve solo... Era silencioso, pero siempre estuve acompañado.

Pasaron dos meses, y en la soledad de mi humilde vivienda inició mi labor de parto, fue difícil hacerlo solo... Dolía y sangraba, lucía repugnante y sudoroso; pero, todo valió la pena, después de todo ese sufrimiento... Ahora ya no habría silencio, porque mi pequeña Nimona había nacido, lista para alegrarme el mundo con un brillo hermoso.

En tu búsqueda | Nimona  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora