La situación no era favorable para el omega de piel trigueña, que se veía acorralado por su antigua pareja y la gente metiche que lo rodeaba en busca de saciar su curiosidad. Nimona seguía en los brazos de Ambrosio, aunque se le veía cómoda, el gusto no le duró mucho al dirigir su mirada a su padre y verlo tirado en el suelo a punto de romper en llanto gracias a la opresión que tenía en el pecho. La bebé se empezó a mover con toda la fuerza que tenía, el rubio se dio cuenta y bajó a la pequeña, su rostro confundido solo ponía mas nervioso a Ballister, quien ya se había levantado al instante y cargado a su niña, listo para idear una forma de escapar nuevamente.
"Ballister..." Ambrosio pronunció su nombre en un susurro casi inaudible, si no fuera por el silencio que se formó en el mercado sería incapaz de oír sus palabras. Él pronunciaba su nombre como antes, como extrañaba esa calidez. "¿Que..? No... ¿Dónde haz estado?" Preguntó mientras se acercaba, el pelinegro se quedó paralizado, esperando a que la distancia que ambos tenían se hiciera nula y así poder sentirlo cerca, como hacia tantos meses había anhelado.
"Ambrosio..." Respondió a su llamado, pero no se digno en responder a sus preguntras.
"Papá..." Una tercera voz se sumó a la conversación, Nimona había colocado sus pequeñas manos en el rostro de Ballister, la barba de su padre le hacía cosquillas en la palma de la mano, haciéndola reír, sus manos se elevaron y bajaron la caperuza del omega, su identidad había sido revelado ante la mirada de todos los curiosos alrededor, quienes no tardaron en empezar a gritar.
"¡El asesino!"
"¡Tiene a un bebe!"
"El homicida!"
"¡Pensé que comía bebes!"
Ballister estaba realmente cansado de esas acusaciones absurdas, pero no podía exigir por un alto a todos esos insultos.
"Ballister... ¿De quien es la niña?" Volvió a realizar una pregunta el joven más alto. Estaba indagando para saciar su curiosidad y tratar de calmar sus impulsos; sin embargo, todo el caos que la gente causó, solo hizo que su ex-pareja lo mirara con tristeza y se alejara entre una multitud enloquecida que solo clamaba por su captura y pronta ejecución.
...
Ballister llegó a su hogar, su pecho se elevaba una y otra vez por su rápida respiración, Nimona solo lo observaba con pena, acariciaba las mejillas rasposas del omega y trataba de consolarlo. El pelinegro lo sostuvo en sus manos y besó sus regordetas mejillas mientras empezaba a sollozar.
"Dijiste papá... Justo en frente de él..." Abrazó su cuerpo en busca de consuelo, sus lágrimas empezaban a caer sin control, se sentía solo otra vez, aunque no lo estaba, su corazón se fragmentaba en pedazos que serían imposibles de volver a unir hasta que cierto alfa rubio se hiciera cargo.
"Oh mi pequeña... Una niña tan lista" A pesar del dolor en su pecho, su sonrisa era brillante y hermosa, eso era lo que su hija merecía. "Estoy tan cansado de esto... ¿Por que yo?" Caminó hasta su cama y se sentó, colocó a su pequeña en sus piernas y la abrazó, Nimona solo se quedaba quieta, con pequeñas lagrimitas en sus hermosos ojos amenazando con salir. "La gente... Dice tantas cosas ¿Por que me duele ahora?, debería estar acostumbrado, no es la primera vez... Pero ahora estoy cansado... Harto. No quiero vivir así ¿Hice algo tan malo como para merecer esto?" Se cuestionó por un momento, pero luego recordó; sorbió la nariz y negó con la cabeza "Que tonto..." Se reprendió "Yo soy el asesino de la reina... Para ellos soy un maldito asesino..." Sollozó y dejo que sus mejillas se inundaran de sus lagrimas adoloridas; acurrucó su cabeza en el cuello de su hija y se quedó así, aspirando su olor con el poco olfato que le quedaba, gracias a tener la nariz tapada.
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En tu búsqueda | Nimona [EDITANDO]
FanfictionBallister estaba acostumbrado a la soledad, sobrellevaba las frías noches de invierno sin nadie a quien pedir consuelo. Él era fuerte, podía tolerarlo, pero su pequeña cachorra no debería vivir en este tipo de condiciones... No cuando su padre es i...