Segunda Parte

686 105 18
                                    

Era una noche fría y tormentosa, me siento ansioso y tengo un mal presentimiento, no logro calmarme a pesar de haber recorrido los alrededores de la casa para asegurarme que nada sucede; intento despejar mi mente y me acerco a mi bebé dormida, su pequeña pancita sube y baja por su respiración, su expresión pacífica me reconforta y me hace sonreír con tranquilidad. Me recuesto a su lado, disfrutando del suave aroma a bebé que desprende, me adormece el cuerpo y me produce sueño, siento que caigo dormido en un par de segundos; sin embargo, la paz por la que había rogado se evaporaba con esos fuertes golpes en la puerta.

Fue cuestión de minutos para que la puerta principal este tendida en el suelo y los caballeros del reino entren en mi humilde hogar.

"Se rompió tu puerta" Habló Tood con la sonrisa de idiota que carga siempre.

La casa está rodeada; en su mayoría son betas, no hay ninguna feromona por la cuál alterarme.

Nimona está dormida, aún no la han notado, e imploro a Gloria para que siga así. Tood al fin da órdenes y me rodean, intento correr y acercarme a la cama, pero sostienen mis brazos y frustran mi escape. No me quedo quieto y vuelvo a querer escapar, en poco tiempo loconsigo, pero tropiezo y golpeó mi rostro con el pecho del beta castaño, quien inyecta algo en mi cuello, inmediatamente siento el golpe de calor, caigo al suelo apretando entre mis manos mi prenda superior.

"Levantenlo..." Ordena el beta y obedecen al instante, mis piernas se remueven intranquilas, ese malestar en mi parte baja empieza a hacerse notoria y los soldados ríen.

"Dime, hermano ¿Por qué te escondiste tan bien?" Preguntó mientras acariciaba mi cabello. "Causaste muchos problemas, la directora no está nada feliz." Su tacto me asqueaba, esas caricias falsas solo me ponían más ansiosos.

Tood sostuvo mi cabello fuertemente entre sus dedos y me acercó a su rostro, lo observé con asco, él era repugnante.

"¿Tienes miedo de algo?" Volví a preguntar.

Mis oídos no escuchaban nada de lo que decía, mis sentidos están bloqueados por el inundante deseo que me golpeaba, es una tortura, este calor que me recorre entero solo puede ser ocasionado por un adelanto de celo... La droga de los barrios bajos era bastante efectiva cuando se trataba de someter a un Omega sin marca.

"¿Por qué no respondes?" Tood tenían un tono juguetón, reía junto a los demás soldados de su grupo. Él volvió a golpearme, justo en el estómago, me quito el aire, los demás me soltaron y empezaron a dispersarse en la casa, Tood sujetó mi cabello y me habló de cerca:

"Tu novio estará feliz de verte" Su tonta sonrisa era molesta y asquerosa a la vista; mi brazo derecho se levantó para golpearlo, pero este lo esquivo rápidamente.

Tood se alejaba, mientras me jalaba por la habitación, yo lucía patético al intentar soltarme con un solo brazo; mis feromonas alborotadas llenas de angustia, mi miedo se hizo realidad y Nimona empezó a llorar, su llanto llamó la atención de todos. 

"Así que... Nos tienes un agradable regalo..." Me aventó a un lado y se acerco a mi bebe, la tomo en brazos meciéndola lentamente intentando calmarla. "La directora estará sorprendida ¿Cabello rosa? El que no estará feliz será tu noviecito, pobre de Ambrosio..." Sonrió mientras destapaba a mi bebe y aventaba la manta al suelo. 

"Tood... Dámela, por favor..." Hablé despacio; Me estaba levantando lentamente por el dolor que sentía en el estómago y por el temblor de mis piernas, con todas mis fuerzas logré sentarme sobre mis pies, pero otra vez el calor se hizo presente y la viscocidad ahí abajo se sintió repugnante e incómoda.

"¿Qué sucede? ¿Tienes miedo, hermano?" Volteó a verme, este tono de ingenio me asquea. Hasta el momento, Nimona seguía sollozando y gritando en ocasiones. 

En tu búsqueda | Nimona  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora