Era de noche. Rondarían sobre las dos de la madrugada. Acababa de terminar el último capítulo de una serie que estaba viendo. Al mirar la hora me di cuenta de lo tarde que era y decidí que era hora de ir a la cama. Llevé el bol de palomitas ya vacío y el vaso a la cocina y apagué la televisión. Me quedé a oscuras con solo la luz de las farolas de la calle entrando por las ventanas.
Me dispuse a subir las escaleras para subir a mi cuarto cuando sonó el timbre. Me pare en seco ya que era tarde y era extraño que alguien llamara a estas horas. Por un momento pensé que incluso era imaginación mia, pero entonces presionaron el timbre dos veces seguidas y me acerqué a la puerta. Mire por la mirilla, pero el hombre que llamaba a mi puerta estaba tan cerca que solo vi el traje que llevaba. Entonces habló como si supiera que yo estaba allí.
"¿Puede abrir la puerta por favor?". Su voz era amable y calmada. Sonaba joven e inofensivo.
"Estoy lejos de casa y ya no pasan mas buses". Prosiguió. Mis alarmas se apagaron y un instinto protector se encendió. Lo primero que pasó por mi cabeza fue que era simplemente un estudiante universitario que había venido al pueblo para visitarlo y que paseando se había perdido. Inmediatamente abri la puerta y me encontré con un joven bastante alto vestido de traje sonriendo de una forma extraña. Incluso diría que era un tanto inquietante.Saqué los malos pensamientos de mi mente sacudiendo mi cabeza y hablé. "Es extraño que alguien tan joven venga a este pueblo muerto, mañana por la mañana podría llevarte a la parada de autobuses más cercana". Terminé esa frase mientras me adentraba en la cocina, pensando que el hombre me seguía. Cuando me giré lo vi allí, de pie, en la puerta, todavía sonriendo. Me pareció un poco extraño que no entrara, pero algo en mi cerebro hizo click al verlo parado allí en la puerta con esa inquietante sonrisa y esa mirada penetrante que brillaba en la oscuridad. El hombre dijo "¿Puedo entrar?" y un escalofrío recorrió mi columna. Sin moverme de la cocina saqué mi teléfono del bolsillo y dije lo mas tranquilamente que pude "Llamaré a la policía y preguntaré si pueden llevarte a casa." sonriendo de la mejor manera. Entonces la sonrisa del hombre se invirtió convirtiendose en una cara triste. "¿No puedo entrar?". Pronunciaron sus labios. Ahora su cara era incluso más perturbadora que antes. El sudor frio me corria por la espalda y la frente.
Empecé a teclear el teléfono de la policía diciendole al hombre que ellos le ayudarían más que yo manteniendo mi sonrisa de la forma que podía. Al levantar la mirada el hombre ya no estaba en la puerta. Me moví tan rapido como pude, cerré la puerta con todos los cerrojos puestos y corrí a mi habitación. Le dije a la policía todo lo que había pasado y vinieron a patrullar el barrio.
No dormí en toda la noche, veía las luces del coche de policía dar vueltas por arriba y abajo de la calle y a veces me parecía oír aquella voz preguntándome si podía pasar.
ESTÁS LEYENDO
||𝐌𝐢𝐜𝐫𝐨𝐫𝐫𝐞𝐥𝐚𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫||
Conto𝐃𝐞𝐬𝐜: Cada "capitulo" se trata de un micro relato de terror, pequeñas historias que cuentan generalmente con un final abierto a interpretación individual de cada uno. Tienen la intencion de entretener y quizas asustar, porque, ¿a quien no le gus...