CAPÍTULO 01

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________:

Mi despertador sonó, despertándome de mi maravilloso sueño. Me senté sobre la cama poniendo mis pies en el suelo alfombrado azul marino, y estirando mis brazos perezosamente, mientras estiraba mi espalda hacia adelante. Suspiré del cansancio > pensé-.

Con mucha fuerza, me levanté de mi cálida cama de dos plazas, y arrastré mis pies a las pantuflas de oso gigantes. Para dirigirme al baño, para poder cambiarme e irme al Instituto.

Entré al baño y cerré la puerta detrás de mí, me fijé en el espejo que reflejaba mi cansado rostro, con unas ojeras que literalmente llegarían al piso, ya que ayer me quedé hasta las cuatro de la madrugada haciendo el proyecto de historia. Malditos profesores.

Lavé mi rostro con agua fría, y lo sequé con la toalla beige que estaba a mi derecha. Hice un moño despeinado y salí en busca de lo que vestiría hoy en el Instituto.

Puse un poco de brillo rojizo en mis labios, y perfume en mi cabello, cuello y muñecas. Tomé los afiches, papeles, de la presentación que tenía que hacer hoy en Historia. Y fui abajo para ir a desayunar.

- ¿Mamá? - levanté la voz, ya que no había nadie en la sala, fui hacia la cocina - ¿Papá? - llamé, pero no había nadie. Genial, otro día sola.

Caminé hacia la nevera, en busca de algo para comer. Cuando estaba por abrirla un papel cayó a mis pies.

"_______ estamos en viajes de negocios por tres semanas, nada de fiestas. Si necesitas dinero, hay en la mesada de tu habitación. Te amamos. Mamá y Papá."

Bufé, cuando será el maldito día que tomemos un desayuno juntos los tres. Nunca, al parecer, desde mis quince años que están viajando constantemente. << Se me fue el apetito >> pensé.

Tomé una manzana del frutero y salí caminando hacia el Instituto. Completamente cansada.

Caminaba totalmente tranquila, respirando el aire de otoño, mientras pasaba por un parque, las hamacas se movían solas, debido al viento que cruzaba. "Gold" de Victoria Justice comenzó a sonar en mi BlackBerry anunciándome que tenía un mensaje. Era Katherine mi mejor amiga, desde los cinco años.

"___________ ven rápido ahora ¡ES URGENTE!"

¿Qué pasaría? ¿Ella está bien? Sin pensarlo más fui corriendo al Instituto a todo lo que mis pies daban, mi respiración era agitada, debí haber ido a las clases de atletismo.

Llegue con mi corazón queriendo salir de mi pecho y fui corriendo apresuradamente por los pasillos, buscando con la mirada a Katherine, hasta que la encontré y fui hacia ella.

-¿Qué pasó? ¿Estás bien? - apenas podía articular palabra, mi corazón quería saltar de mis costillas.

- Claro que si nena - dijo acomodándose un mechón rubio - Solo quería que vieras quien llegó hoy.

- ¿¡Estás loca!? - le grité - ¡Casi muero en el camino pensando que te pasó algo Katherine! - Ella se rió mientras acomodaba mi cabello, que de seguro estaba todo despeinado.

- Nop - dijo recalcando la "p" - Solo quería que vieras a George Turner - suspiró enamorada.

Genial casi muero por verlo a Steve.

- ¿Y tú crees que a mí me interesa? - le dije sinceramente, mientras ella rodaba sus ojos en cansancio.

- ¿No lo ves? Ese chico está que arde - dijo riéndose, haciéndome reír a mi también. Katherine, jamás cambiará con ese tema.

- Está bien - le dije rodando los ojos en sarcasmo - ¿Hiciste el proyecto? - pregunté. No le salvaría el trasero esta vez.

- Así es - dijo lanzando un mechón de cabello hacia atrás - Me tomó toda la noche. Estoy muy cansada.

- Somos dos Katherine - le dije mirando hacia el frente - Jamás pensé que la Guerra Francesa me fuera a ocupar toda la noche.

El timbre que anunciaba nuestra entrada a clases sonó, mientras caminábamos a nuestros casilleros, íbamos hablando de la gran carrera de motos que se haría en las afueras de la ciudad. Katherine iría, si va ella voy yo. Lamentablemente, son promesas de amigas. O más bien hermanas.

- Vamos - dijo agarrando mi sweater, para arrastrarme hacia el salón de clases.

Mientras nos ubicábamos hacia el frente, dejamos nuestras cosas a los costados de nuestros asientos esperando a que llegara el profesor.

- ¡Tenemos que ir ______! - dijo suplicándome.

- No, no, no y NO - le dije. Nunca iría para esos sectores, menos para ir a ver una carrera de motos. Donde están los narcotraficantes, ladrones. Hasta asesinos.

- ¡Por favor! - dijo suplicante - Solo son cuatro horas que quitaré de tu vida _____ - me miró con ojos de cachorro.

- No Katherine. Dije no y es no - me mantuve en la misma decisión.

- ¿Qué pasó cuando quisiste ir a la fiesta de nerds? ¿Quien tuvo que ir? YO - frunció su ceño.

Es verdad, la llevé a rastras, ya que no quería ir con Jimmy, el nerd que llevaba sus pantalones hacia arriba de la cintura. Me reí ante el recuerdo.

- No era fiesta de nerds - aclaré - Era una feria de Química y tenía que llevar a una acompañante.

- Y me elegiste a mi - dijo Katherine - Y no recuerdas lo que me dijiste - negué la cabeza - Muy bien querida, refrescaré tu memoria. Me dijiste "Oh Katherine, gracias por acompañarme te debo un gran favor" - dijo dramatizando completamente mi voz, pero era verdad. Una promesa es una promesa. Suspiré

- Está bien iré a esa carrera contigo - rodé los ojos. Mientras ella festejaba de la alegría. En ese momento entró el señor Ford, para dar la clase de Historia.

- Buenos días - dijo con su voz áspera y profunda - Hoy tendremos la presentación de propósitos de las distintas guerras históricas. Esperen cada uno en sus asientos mientras voy nombrando a cada alumno para su exposición.

El profesor Ford, después de diez alumnos nombró a Katherine, mientras ella iba con sus tacones hacia el frente. Dio su exposición y se sacó un seis.

- Genial - dijo sarcásticamente - Toda la maldita noche para un seis. Que se vaya al diablo - me reí ante su expresión

- ________ Jones - dijo el profesor nombrándome - Su exposición por favor.

- Deséame suerte - le dije en susurros a Katherine.

- Suerte querida - me dijo mientras me paraba para dar mi exposición. Luego de diez minutos explicando, resumiendo, mostrando fotografías antiguas. Terminé.

- Excelente Jones - dijo el profesor Ford dándome una tranquilidad y sacándome todo el peso de encima - Un diez. Puede sentarse.

Fui caminando hacia mi asiento cuando vi a Katherine haciendo una mueca.

- ¡Hija de perra! - me susurró - ¡Eres una maldita genio!

- Se llama estudiar Katherine - le dije mientras me acomodaba para sentarme.

Luego de unas diez exposiciones más, por fin, sonó el timbre, que me esperaba literatura.

- Tendremos que ver que nos pondremos para la carrera ________ - dijo Katherine.

- Un jean está bien para mí - elevé mis hombros.

- ¡Pero qué aburrida eres Jones! - dijo reprochándome. Mientras se hundía en su asiento, con los brazos cruzados sobre su pecho.

- Está bien, ya veremos en casa que nos pondremos - dije, mientras ella, sonreía nuevamente.

Y así pasaban las horas, Matemáticas, Química, Biología y por último Arte. El timbre de salida sonó mientras que yo y Katherine salimos rumbo a mi casa, para ver en mi armario, lo que nos pondríamos.

Larga, muy larga noche me espera.

Encontrando El Amor (Kendall Schmidt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora