CAPÍTULO 13

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Mini Maratón
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- ¿Dónde prefieres dormir? - le pregunté mientras él se sentaba en el sofá - Está el sofá y la habitación de huéspedes - miré a sus ojos.

- ¿Es cómodo el sofá? - me preguntó mientras sonreía al igual que yo.

- No. Para nada - le dije sonriéndole - A menos que te quieras romper la espalda de por vida. Quédate a dormir en el diván - levanté mis hombros desinteresada.

- Entonces en la habitación de huéspedes - me dijo.

- Está bien - le dije mientras subía las escaleras - ¿No vienes? - le pregunté haciendo que se levantara y me siguiera hasta la habitación.

Lo guié y le di algunas indicaciones básicas. Donde estaba el baño, toallas, papel higiénico, mantas entre otras cosas.

Me despedí de él y me fui a mi habitación. Me saqué mi sweater, seguido por la camiseta, el jean, las medias y las zapatillas y prendí el grifo del agua para poder bañarme, ya que estaba toda sucia y mojada.

Puse mi BlackBerry en la tapa del retrete y coloqué la lista de reproducción para que pudiera bañarme con música.

La primera canción sonó y era "Un beso" de Wisin y Yandel. Mi español sonó por la habitación.

Nací en México y me mudé a Nueva York por cuestiones de trabajo de mis padres. Larga historia...

Cantaba entretenida y así pasaron tres canciones más. La vieja onda de Shakira y un poco de Alejandro Sanz.

Y cuando terminé me envolví en una toalla para cambiarme e ir a dormir.

Busqué en mi armario algo cómodo para dormir y busqué ropa interior.

Sequé mi cabello lo dejé suelto y las ondas caían sobre mi espalda, puse unas cremas en mis piernas con fragancia a rosas y me dispuse a dormir.

(*)

Me encontraba en un rincón oscuro, con un farol alumbrando toda la cuadra completamente oscura, una desesperación corría por mis venas alertándome.

Vi a una chica parecida a mí con sus cabellos castaños oscuros y de mediana altura. Y estaba un pequeño que se parecía a... Era Louis.

De mis ojos salían lágrimas involuntarias y la chica se dio media vuelta y era yo.

Estaba gritando, quería salir de aquí ahora mismo.

El mismo auto, la misma persona que estaba en el auto, arroyó de nuevo a Louis y podía ver la misma escena, la misma tortura.

Quería salir de aquí ahora mismo. Empecé a gritar y a llorar al mismo tiempo.

En poco tiempo esa pequeña escena se llenó de testigos y ambulancias, policías hasta el mismo maldito que lo mató.

Sentí que me llamaban, seguía gritando con dolor queriendo salir, no quería verlo de nuevo.

Abrí los ojos desesperada sintiendo las lágrimas correr, era Kendall que estaba en mi cama, con una preocupación notable en la cara.

- ¿______? Responde por favor. ¿Estás bien? - me sacudía levemente mientras que yo estaba llorando y sollozando en estado de shock.

Lo abracé por su cuello necesitaba un abrazo, alguien que me contenga.

El mismo sueño me envolvía en sus brazos oscuros cada noche, desde el accidente.

- Calma ______, estoy aquí - dijo acariciando mi cabello, con ternura.

Mi llanto cesaba, pero mi corazón latía a mil. Sus brazos rodeándome, haciéndome sentir segura mientras susurraba unas palabras a mi oído.

- Estas mejor - dijo mientras que asentía con la cabeza.

Él me dio una sonrisa mientras soltaba mis manos y se encaminaba a la puerta.

- No Kendall - le dije mirándolo al igual que él a mi - No te vayas. Quédate conmigo - me miró mientras le regalaba un sonrisa tímida - Te necesito.

Encontrando El Amor (Kendall Schmidt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora