La propuesta 1/2

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Se encontraban cuatro chicos dando vueltas por las calles de Hamburgo  buscando un lugar para desayunar, no querían comer en un lugar muy público entonces buscaron uno no tan transcurrido.

—Bien, decidan un lugar— dijo Bill quien iba al volante a su lado se encontraba Gustav quién iba en el asiento del copiloto, Georg y Tom iban en la parte trasera de esta jugando a las luchitas.
—Vamos al lugar más cercano, muero de hambre— se quejó Tom
—Bien, pues el más cercano es una cafetería frente a una universidad... Ese lugar estará lleno— regodeo Gustav mientras veía el GPS.
—¿Y que hay si reservamos una mesa alejada de la multitud?— preguntó Georg
—Hasta que tu pequeño cerebro piensas mi Georgi— soltó Tom en un tono de burla.
—Esta bien, vamos allí, ustedes atrás contacten a la cafetería para hacer la reservación— hablo el pelinegro al volante y los chicos de la parte trasera de la camioneta buscaron el móvil para hacer lo que les ordenaron.

(...)

—Están seguros de haber pedido la reserva— preguntó el rubio del grupo con el ceño fruncido.
—Si, lo hicimos— habló el castaño con total calma.
—Pues Bill entró y no le dan respuesta alguna— el rubio se veía molesto.
—Tal vez hicimos la reserva en otro lugar— habló el de trenzas.
—Tenian solo un trabajo y lo hicieron mal...— dijo el rubio pasando una de sus manos por su rostro.
—Lo siento— respondieron ambos al unísono.

—Ya que, tendremos que hacer la reserva personalmente— hizo una pausa —Par de cabezotas, deberían ingresar a la universidad de aquí mismo, haber si ejercen un poco sus pequeños cerebros—
—A Georg le hace más falta que a mí, Gustav— si las miradas mataran Tom ya no estaría con nosotros, y el culpable sería Georg, quien lo fulminó con la mirada antes de que el gemelo de trenzas saliera corriendo de allí.
—Ven acá imbécil— se oyó el grito del castaño por todo el lugar.

Los chicos se ubicaron en la parte trasera de esta cafetería, estaban alejados de la multitud en un lugar en el cual solo habían un par de ancianas charlando y uno que otro universitario, lo cual no fue tan molesto, solo dieron un par de autógrafos y comenzaron a desayunar.

(...)

El despertador marcaba las 6:59 a.m y siendo las 7:00 a.m sonó, la chica que yacía en la cama puso una almohada sobre su cabeza en un intento inútil de dejar de oír el despertador, decidió levantarse y apagar el molesto sonido. Una vez apagado la chica se dio cuenta de que iba tarde a la universidad, de un rápido movimiento se levanto de la cama dispuesta a correr hacia la ducha.

Salió de la ducha con una toalla envuelta en su cabeza y otra que cubría su cuerpo, se vistió con la ropa que había organizado la noche anterior, se había pronosticado lluvia para aquel día asi que la chica vistió un top blanco de mangas largas, leggins negros, zapatillas blancas y una chamarra negra la que portó sin cerrar la cremallera, por último seco su cabello y puso un poco de crema en el rostro, gloss en sus labios, y un poco de corrector sobre sus ojeras.

Bajó a la planta baja de la casa, se dirigió a la cocina y allí encontró una carta sobre el gran mesón de madera.

Querida Kylie:                                      
Cariño hoy me fui algo temprano a la empresa, siento no estar en casa cuando despiertes, pero el deber me llama, así que iré. Nos vemos esta tarde mi pequeña bebé. Te Amo<3

Kylie sonrió al leer la carta que dejó su padre, vió la hora en su móvil y mierda, tenía 17 mensajes de Emma, su mejor amiga, había olvidado que hoy se juntarían en la cafetería de enfrente de la universidad, para colmo eran más de las 7:30 y las clases empezaban a las 8:00

You Won The Bet - Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora