2022; Durante la fiesta de celebración del premio de Mónaco ocurre un incidente que pone en peligro a Sergio, Max esta dispuesto a hacer cualquier cosa para protegerlo.
Ahora que Max, la persona que siempre había visto como un mero niño entrañable...
TW: Muchas emociones (demasiadas) recomiendo leer con cuidado, ya que puede tocar temas sensibles para algunos lectores.
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Austria es su segunda victoria.
Hay algo que lo mantiene inquieto y no le permite disfrutar completamente de esta victoria. Sabe que lo hizo muy bien, mejor que la ultima vez. Pero, aun asi, hay estática en su mente. Algo que lo atormenta y abruma, una sensación amarga que sube por su garganta y le quita el aliento, una pequeña inquietud de saber por qué no logró estos resultados antes.
¿Podría hacer esto todo el tiempo? ¿Por qué tuvo que llegar a un punto tan crítico para desbloquear todo su potencial? Checo reflexiona sobre lo que podría haber sido. Contempla las oportunidades perdidas, los grandes premios que se le escaparon de las manos y se pregunta si podría haber alterado su trayectoria aprovechando este nivel de rendimiento antes.
Sabe que tiene talento y tiene que demostrarle al mundo quien es, pero esta tan asustado. No sabe de que, pero le asusta lo que su mente le está diciendo, ¿realmente era un gran piloto? O sus habilidades solo se manifiestan cuando su agitación interna y sus desagradables deseos, alentados por su omega, lo consumen. Quiere creer que es la presión, la necesidad de probarse así mismo lo que le está generando tener este rendimiento. El querer el reconocimiento de los demás.
El reconocimiento de los demás pilotos. En especial el de Max.
Max. Aún recuerda la primera vez que lo vio. Siempre ha admirado a Max por ser astuto y extraordinariamente dotado, casi como una máquina diseñada únicamente para la victoria. En ese entonces, Max era solo un niño, pero Checo no pudo evitar sentirse atraído hacia él. Es un poco extraño ahora que lo piensa. Ver la sonrisa de Max siempre lo hace sentirse orgulloso, verlo que lo felicita.
Como aquella vez en Mónaco.
Le encanta su atención. Ahora sabe que lo ama con todo su ser, que ese alfa es su mayor apoyo ahora mismo. Sin embargo, un sentimiento inexplicable lo corroe. El toque de Max, que suele ser frío y reconfortante, ocasionalmente le hace tener sentimientos encontrados. A veces, tiene ganas de alejarlo y distanciarse, mientras que en otras, le encanta.
Max es un gran piloto y siempre lo ha sido, Checo repite eso una y otra vez, tratando de pensar... siente algún tipo de ira, algo extraño que lo molesta acerca del rubio. Saber que Max no necesitó ser odiado por todo el mundo para ser excelente.
Quizá odia un poco a Max, mezclada con un matiz de envidia. Envidia de lo que es, un joven dulce y, sin embargo, enigmático, al mismo tiempo entre los mejores pilotos actuales. Trata de decirse que es normal sentir envidia sobre eso, cualquiera lo sentiría, ¿verdad? Entonces, ¿cómo puede decir que lo ama si al mismo tiempo lo odia? Lo odia por ser quien es, por ser tan metódico, tan recto, jamás comete un error. Lo odia por ser el primer piloto, lo odia por ser un alfa, por cada momento que se sube al podio. Lo odia por ser él.
