PRÓLOGO

251 14 0
                                    

Miraba por la ventanilla del helicóptero viendo como la ciudad recuperaba su armonía mientras liberaban la vacuna por el aire. Sinceramente no se esperaba estar en medio de sus vacaciones teniendo que eliminar a otro villano desquiciado que quería acabar con el mundo. Aún así no tenía otra cosa por hacer, así que se sumó a la fiesta.

—Y una vez más, nos encontramos de vuelta por donde empezamos— escuchó decir a Rebecca Chambers cubierta con una sábana.

—¿A qué te refieres?— le preguntó Chris curioso.

—Atrapamos a los malos, con al esperanza de hacer el mundo más seguro.

Chris solamente asintió mientras bajaba la mirada, pensativo de lo que había dicho recién su amiga.

—Oye Chris— lo llamó Leon.

—¿Sí?

—¿Por cuánto tiempo más podremos seguir adelante así?— le preguntó Kennedy.

Chris sabía a lo que se refería Leon. Más de una vez lo había pensado, tal vez un año, un mes o tal vez al día siguiente sería el próximo en caer. Por dentro se empezó a reir porque encontró la mejor respuesta a su pregunta.

—No lo sé, no planeo con tanta anticipación— le decía con una sonrisa.

«Je, idiota», pensaba mientras negaba con la cabeza divertido.

Rebecca sonreía ante tal escena, feliz de ver que dos hombres que dedicaban sus vidas a salvar a las personas tuvieran siquiera un par de segundos para divertirse, para vivir, por más que fuese por poco tiempo.

Al otro lado de la ciudad, María Gómez caminaba lentamente hacia el búnker del edificio de Glenn Arias. No había logrado entregan el camión con el virus exitosamente, y a raíz de las lesiones producto de la explosión del vehículo quedó muy debilitada para seguir el combate, pero lo que veía en el suelo le mostraba otra: había perdido la batalla. La máscara de su padre yacía en el suelo mientras ella la miraba pensativa, buscando las conclusiones de porqué no la tenía puesta, y por el hecho de que todo el plan estaba siendo desmantelado por dos agentes entrometidos, entonces ella llegó a la dolorosa verdad.

Cerró los ojos un segundo pra intentar encontrar el equilibrio. Las mutaciones a las que fue sometida por el amigo de su padre la habían hecho una mujer inexpresiva, pero eso no quería decir priva de emociones. Abrió los ojos, dejando ver el color rojo en ellos, con nada más que una sola cosa que ocupaba sus pensamientos.

«Esto no se va a quedar así».

Recuperar el Tiempo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora