Capítulo 11.1

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Ya habían pasado varios días desde que Willow nos dejó. Luz cabó una tumba, con la intención de que pudiera descansar en paz, allá donde estuviera la chica de gafas.

Boscha no habló en ningún momento. Estaba dolida. Más que cualquiera. Ella amaba a Will, y, tener que descubrir que era mutuo justo cuando ella estaba muriendo... Creo que si le apuñalo no sangraría.

Yo he intentado mantener la calma, la poca que me queda, para convencer a la peli rosa de que no fue culpa de nadie. Solo de esos tiradores, a los cuales, tanto ella como la morena juraron matar. Yo no tengo estómago para matar a otro ser humano, pero, si lo tuviera, también lo haría.

Los días ya no son iguales. Nos falta nuestra amiga. Nuestra otra mitad. Ahora todo lo veíamos oscuro, ella era la que nos animaba cuando empezábamos a perder la esperanza.

Luz: Nos quedaremos esta noche aquí. —La morena paró en un pequeño claro, estaba al lado de una autopista. Los coches amontonados unos sobre otros daba un toque más lúgubre aún.

Vensult sólo asintió. Dejó la mochila en el suelo y empezó a sacar su saco de dormir. Esto no estaba bien. Willow nunca habría querido que esto acabara así si moría.

Apreté los puños y cogí aire.

Amity: Vamos a hacer una hoguera. Podemos contar historias de miedo.
—Sugerí con una sonrisa nerviosa.
Ambas me miraron con los ojos apagados.

Boscha: Déjate de tonterías.

Luz: No tenemos tiempo para esas cosas.

Me dolía verlas así. Tenía que tomar el timón de éste barco que se iba hundiendo por las olas de la culpa.

Amity: Esto se acaba ya.—Hablé.

Me miraron con confusión.

Boscha: Ya déjalo, Am. No intentes ser ella. —Su voz dolida era lo peor. Pero estaba vez iba a resistir, no tiraría la toalla tan rápido.

Amity: Willow no querría esto. Lo sabes mejor que nadie.

Luz: Willow park, esta muerta.—Un nudo en mi garganta se formó.— Hay que aceptarlo.

Boscha: Y lo está por tu culpa.—La miró molesta. Oh no. Otra vez no.

Luz: ¡No vi al segundo tirador!

Boscha: ¡Tendrías que haberlo hecho! —Se levantó y la agarró de las solapas de la chaqueta.— ¡Si nunca hubieras aparecido por nuestro campamento, ella seguiría aquí!—Chilló, apunto de llorar, de nuevo.

Luz: ¿¡Qué quieres que haga ahora!? ¡No hay forma de traerla de vuelta!

Amity: ¡Vale ya! —Grité con las lágrimas surcando mis mejillas.— Todas sabíamos el peligro que había cuando decidimos venir con Luz. Ella, lo sabía. Willow no la culpa, oíste sus últimas palabras. Las tres las escuchamos.—Apreté la mandíbula, aguantando las ganas de derrumbarme.

Luz: Amity, no te hagas esto.—Me miró triste.— No intentes arreglar ya esto, esta roto.

Amity: Puede que Willow ya no esté. Pero seguimos juntas. ¡Siempre estará con nosotras! —apreté los puños, ya molesta y cansada de su actitud.— ¡Así que dejar de hacer el imbécil y pediros perdón!

Ambas se miraron, suspiraron derrotadas y Boscha escondió su rostro en el hombro de la morena.
Ella la abrazó, dejando que se desahogara todo lo que quisiera.
Miré al cielo, ahora anocheciendo, y rogué al que estuviera arriba que no se llevara a ninguna de esas dos cabezas de chorlito.

Luz: Creo que las historias de miedo... Sería guay. —Habló, tímida.

Boscha: Seh, pero seguro que las tuyas son pésimas. —Me dió un codazo leve en el brazo y fue por leña.

Hasta el fin del mundo -LUMITY-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora