1. Corre

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Siento que mi pecho arde, sin embargo no paró. Avanzo lo más rápido que me permiten mis piernas, sin rumbo fijo solo procurando no tropezar, ni verme encerrada en un callejón sin salida, esquivo personas, lanzo cosas todo con la intención de que mi vida no cambie, de no aceptar una verdad que siempre a estado frente a mis ojos me permito divagar y me río de lo irónica que es mi situación.

Presente

Salgo del laboratorio dispuesta no escuchar ni un poco más de la conversación que mantienen mis compañeros de clases, normalmente no me importaría pero hoy por alguna razón mi humor no es el mejor.

Hadas, vampiros, duendes, gigantes, pie grande siempre están hablando sobre esas cosas ¿acaso existirán? ¿Las hadas son pequeñas? ¿Los vampiros comen ajo? Todos los días parte de mi rutina es soportar las preguntas por parte de mis compañeros, sé que lo hacen en completa ignorancia y sin ánimos de molestar sin embargo eso no cambia el hecho de que sus preguntas son simplemente... Estúpidas. No innovan todas sus interrogantes son repetitivas y sosas, al principio no era incómodo pero bastó un par de días para que todas las preguntas girarán en torno a la magia y como esos fenómenos no los puede explicar la ciencia. Siempre trato de ser cortés y responder sus preguntas de manera corta y precisa.

Me he vuelto en algo así como la enciclopedia de mi salón de clases, es agotador responder las preguntas de mis compañeros los temas de los que me gustaría hablar simplemente son cosas demasiado complicadas para ellos. Normalmente los trato con mucha paciencia, como si estuviera tratando con niños de kinder pero hoy mi humor está susceptible y sus preguntas solo empeoraron la situación.

Al salir del instituto me doy cuenta que ya empezó a llover y el viento parece querer derribar todo a su paso, veo llegar la camioneta de mis padres y me apresuró a correr hasta llegar a ella.

- Hola cariño ¿Cómo te ha ido? Miró los ojos azules de mi padre idénticos a la míos diciéndole todo con solo una mirada. Dios mío perdóname por no pensar en la ironía del asunto.

- ¿No has hecho ninguna travesura? Dice mi mamá moviendo las cejas

- No, tranquila, hoy no es tu día de suerte todavía no he hecho nada que amerite una expulsión

El sarcasmo es notable en mi voz ya que no estudió con ellos, los tres sabemos que solo hago tutorías cuando es necesario, mis notas son las mejores y hoy solo van a clases los que necesitan acumular puntos.

- Oye, nunca se sabe si decidiste alocarte y hacerle una bromas pesadas a tus profesores

- Ay por favor mamá, mi corteza frontal todavía no está tan dañada como para hacer una broma y dejarme en evidencia

Sería una buena mente criminal, lastima que haya decidido ir por el buen camino, el entender muchas cosas sobre el razonamiento humano y tener las capacidades actorales de mi mamá a mi favor, me convertiría en el terror de este mundo.

- Ya niñas vamos a casa

Las dos dirigimos la vista hacía mi progenitor claramente ofendidas y de manera sincronizada le sacamos la lengua como las adultas que somos aunque pronto esa sensación de sentirme observada no tardó en aparecer, sin embargo la ignoro y le prestó mi total atención a la historia que intenta contar mi mamá.

(...)

Unos meses después

Los humanos, nos negamos aceptar que todo lo que nos rodea tiene una explicación lógica. Los eventos que catalogamos como "sobrenaturales" simplemente es la manera más fácil de negación ante la realidad. Por eso aunque muchas personas hubieran gritado despavoridas por ver a una mujer con ojos purpuras y alas, yo me quedó quieta es el mismo sueño de siempre al cual mi psicologa insiste en buscarle significado más espiritual.

El Legado de los Ojos Púrpuras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora