Era un día como cualquier otro en Brisbane Australia, en la casa de los Heeler se escuchaba el alboroto habitual, los gritos y las risas de las pequeñas hermanas Heeler, Bluey y Bingo, quienes se encontraban jugando con su mamá, Chilli.
Bandit se sentó un momento para tomar algo de aire ya que se sentía muy cansado. Al principio nadie se dió cuenta de eso pues pensaban que era por el trabajo de arqueólogo.
Bandit está bastante emocionado porque en días recientes habían hecho un descubrimiento que podría cambiar el curso de la historia perruna.
Él también había notado esa fatiga que parecía aumentar, pero que él mismo no notaba que era algo fuera de lo normal. También creía que era a causa del trabajo.
Pero ese día en particular fué distinto, despertó en la madrugada completamente empapado en sudor, esto se le hizo un poco raro pero lo atribuyó a que era verano y usualmente hacía bastante calor.
A la hora de la comida, Bandit apenas probó bocado, le aseguró a Chilli que se sentía satisfecho. A Chilli esto no le pareció para nada normal. Incluso llegó a pensar que Bandit tenía una aventura con alguien. Pero no quería desconfiar de su marido, se negaba rotundamente a siquiera pensar que eso fuera verdad. Estaba segura de que Bandit le era fiel y que la amaba con todo su corazón.
Pero un día después, vió algo que la alarmó. Bandit parecía tener una protuberancia en su cuello la cual era algo pequeña pero notoria. Chilli se preocupó por su salud, pero Bandit le aseguró que no había nada de que preocuparse, que estaba bien.
Chilli le creyó porque no había nada de que preocuparse, o si?
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Era un hermoso día soleado cuando Bandit se midió en la báscula, había perdido al menos 10 kilos en esa semana. Bandit no se alarmó porque pensó que era parte de su rutina de ejercicio de las mañanas.
De hecho, la perdida de esos 10 kilos lo hicieron sentir feliz ya que pensaba que se vería más atractivo para Chilli. Él la amaba de corazón y haría cualquier cosa por ella y las niñas.
Iba a salir a trotar cuando le vino un mareo, se le hizo extraño pero lo ignoró. Solo se baño y se preparó para ir a trabajar.
Al regresar, Bandit se encontraba muy cansado apenas y se mantenía en pie.
Chilli se preocupó por la salud de Bandit.
-Bandit, te sientes bien? Porque no vas al médico?- le preguntó Chilli.
-Mi amor, solo me siento cansado, nada más.- le respondió Bandit.
Chilli solo volteó los ojos, no quería discutir con Bandit. Pero aún así no pudo dormir. Prefirió seguir el resto de la noche tranquila.