Habían pasado unos meses desde que Bandit había fallecido y Chilli se encontraba deprimida. El amor de su vida murió pensando que estaba molesta con él y que no lo había perdonado.
En su corazón ella amaba a Bandit sin importar lo que había hecho. Pero no podía superarlo.
-Hola, soy Bandit Heeler, por el momento no te puedo contestar ya que me encuentro con lo mejor que me ha pasado en la vida, mi familia. Por favor deja tu mensaje después del "beep"-
Chilli volvió a colgar, cada día hacia lo mismo, marcaba al teléfono de Bandit únicamente para escuchar su voz en el teléfono.
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Las niñas tampoco lo pasaban muy bien, extrañaban mucho a su papá, sobre todo Bingo quien no sabía que era la muerte y pensaba que de alguna manera su papá se encontraba de viaje y que eventualmente regresaría.
Mientras dormía, Bluey soñó con su papá. Estaba en la sala viendo un partido de Cricket, como siempre.
Bluey corrió para abrazarlo.
-Papi te extraño mucho!- dijo Bluey. -Porque tuviste que irte?-
-Porque así es la vida nena.- dijo Bandit. -Pero hay algo que debes de saber, mientras me recuerdes siempre estaré aquí para ti, en tu corazón.-
Bluey abrazó con fuerza a su papá. Lloró. Lo extrañaba mucho.
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Bingo estaba soñando con su papá, soñaba que él la dejaba sola y que estaba molesto con ella. Se sentó en el suelo y comenzó llorar.
-Papi *sniff* por qué te fuiste!- gimoteo Bingo.
Entonces sintió a alguien cerca de ella, alguien que ella quería ver. Bandit.
Bingo lo abrazó con fuerza.
-Porque tuviste que morir!- lloró Bingo.
-Nena, eso estaba fuera de nuestras manos, la vida es así.- dijo Bandit con tristeza.
-Pero te extraño mucho papi.- dijo Bingo.
-Lo sé y lo siento mucho, hijita querida.- dijo Bandit. -Perdoname por no estar ahí para ti y para tu hermana. Pero debes ser fuerte, por tu madre. Ella necesita de ustedes.-
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Días más tarde, Chilli encontró un cuaderno muy especial, este era el diario personal de Bandit. Chilli lo abrió por curiosidad y empezó a leerlo.
