𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫'𝐬 ━ 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲

07

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-El siguiente capítulo se llama: Las cartas de nadie.- empezó a leer Regulus bajo la atenta mirada de todos.

-¿Las cartas de nadie?- preguntó confundido Neville.
-¡Las cartas de Hogwarts!- exclamó emocionado James Potter mientras hacía una pequeña danza macumbera junto a Sirius, Remus y Peter.
-¡Ya ustedes tres!- los reprendió Lily divertida, al igual que todo el comedor.
-Dejen leer a Regulus.- dijo después de reír Isabella.

James, Sirius, Peter y Remus se sentaron derrotados, ellos querían seguir bailando.
Aunque Lily y James pasaron de la diversión a la tristeza, sus hijos habían recibido la tan ansiada carta de Hogwarts y ellos no estaban ahí para presenciarlo.
Ellos no podrían hacer una gran fiesta para los once años de sus hijos, no podrían hacerles un gran pastel ni llevarlos al Callejón diagon.
Los mellizos Potter notaron el cambio de ánimo de sus padres y los abrazaron.
-Son los mejores padres del mundo.- les dijo Harry.
-Siempre estuvieron con nosotros, aunque no de forma física.- continuó Isabella para luego separarse del abrazo y quedar sentada entre James y Harry. Su madre estaba al otro lado de Harry.

Los presentes en el Gran Comedor sonrieron tiernamente ante el cariño de los Potter.
Regulus sonrió levemente para luego volver su atención en el libro, carraspeando nuevamente continuó:

La fuga de la boa constrictor le hubiera acarreado a Harry el castigo más largo de su vida de no ser que Isabella tuvo unas "amables" palabras con Tio Vernon y ninguno salio castigado.

-Verdaderamente quiero saber con qué lo amenaza.- dijo Sirius muy curioso.
-Prometí a Vernon no decir nada y aunque no parezca soy mujer de palabra.- contesta Isabella bajo la mirada curiosa de todo el comedor.
-Ni te esfuerces, llevo años intentando que me diga cual es su amenaza y jamás lo hace.- suspiro Harry resignado.
-¿En algún libro no lo dirán?- preguntó Ron comiendo una galleta.
-Puede ser...- dijo de manera misteriosa la chica para luego volver a mirar a Regulus, quien ya la estaba mirando y asentirle para que el Black continuará con la lectura.

Al comienzo de las vacaciones de verano Dudley había roto su nueva videocámara, conseguido que su avión con control remoto se estrellara y, en la primera salida que hizo con su bicicleta de carreras, había atropellado a la anciana señora Figg cuando cruzaba Privet Drive con sus muletas.

-Por Godric, ¿sus padres no le decían nada?- preguntó consternada Marlene.
-Nada de nada.- dijo Harry
-Nadita.- concordó la hermana de este.