𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫'𝐬 ━ 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲

015

"quidditch..."

—¡Pido el siguiente capitulo!— salto Sirius de su asiento recibiendo miradas sorprendidas.
—¿Tú Sirius Black leyendo?— preguntó incrédulo James.
—Vaya Canuto, ni siquiera sabia que tu leías.— se burló Remus.

Sirius miró a sus amigos con mala cara.
—Vaya, gracias chicos.
—Toma Sirius.— Le dijo Ginny al merodeadores mientras le entregaba el libro y este se sentaba sonriente.

—Este capitulo es...¡Ahhhh!— gritó emocionado recibiendo miradas confusas de todos.—¡Quidditch!
—¡Ahhhh!— fue el turno de James de emocionarse mientras sacudía a Remus por los hombros.
Los mellizos se sonrieron con diversión al igual que muchos de los presentes, mientras otros optaron por ignorar al dúo caótico.

—Bueno sh que voy a leer.— tomo un tono serio Sirius mientras se sentaba bajo las miradas confundidas de todos.
—Pero Canuto, tu empezaste a grita...
—¡Shh dije!

Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba veían a Hagrid descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor.
Iba a comenzar la temporada de quidditch. Aquel sábado, los mellizos Potter jugarían su primer partido, después de semanas de entrenamiento: Gryffindor contra Slytherin. Si Gryffindor ganaba, pasarían a ser segundos en el campeonato de las casas.
Y no se podía decir cual de los dos estaba más nervioso.

—¡Su primer partido!— chilló James.—¿Cómo les fue?
—Si Sirius no sigue leyendo jamás lo averiguaras.— le contesto Harry divertido.

James se dio vuelta y empezó a mirar fijamente a su amigo el cual lo miró por el rabillo del ojo, asustado por la gran cercanía de su amigo.

—Este...si...— murmuró el Black con un ojo en James y otro en el libro.
—Se va a quedar visco.— se burló Isabella con sus amigos.

Casi nadie había visto jugar a los hermanos, porque Wood había decidido que serían su arma secreta. Harry e Isabella también debían mantenerlo en secreto. Pero la noticia de que iban a jugar como buscador y cazadora se había filtrado, y los mellizos no sabían qué era peor: que le dijeran que lo harían muy bien o que serían un desastre.
La pelirroja se había prometido hechizar a la próxima persona que se le acercara a hablarle sobre su próximo partido de quidditch, era una suerte que todavia nadie se le hubiera acercado con esas intenciones.