Iremos a Hawaii

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-Que asco, apesta a niños sudados y a ropa interior sucia.- comento el rubio cenizo.

-Mhm, feliz día del padre.

Un niño que venía corriendo tropezó con el pie de alguien haciendo que este chocará contra los genitales de Katsuki.

-Eso dolio...

-Mami!! Ese hombre puso su pipi en mi cara!- gritaba el niño mientras corría.

-Que?! El puso su cara en mi pipi.- increpó el Alfa rubio que solo recibió un golpe del peliverde.

-Kacchan.

-De verdad, el lo hizo.

-Eso ya no importa!- exclamó él pecoso viendo a pocos metros una figura conocida.- ¡Oh! Denki, querido.- saludo el omega mientras abrazaba al peliamarillo.

-Oh, hola!! Monoma, te agradezco que vinieras con tus hijos.

-El no fue el único que vino, sabes de qué hablo, son...mi felicidad y orgullo así que te quiero presentar a, la única y original Kiki Dee, que nació pesando 4kg y 200g ¡Auch! Y al tremendo lo llamamos Bart porque pero 5kg, y dolió mucho.- informo Katsuki creando una aura algo divertida pero extraña a la vez.

-Hola niños!

-Que tal Kaminari, e oido muchísimo de ti.- agrego la peligris con ese acento particular.

-¿Eres Española?

-Oh, así que tú eres el ave que estuvo revolcándose con el viejito.- Kaminari solo miro a los mayores con una cara de confusión.

-Fue a un internado, el año anterior en Europa, y...regreso con un pequeño acento, ya sabes cómo Paulina.- hablo el mayor esquivando el tema anterior.

-Pues a sido un placer conocerte Kiki Dee.- Alabó el ojiambar agachándose para estar a la altura de la niña.

-Quisiera decir lo mismo antes de que aparecieras yo realmente tenía un padre, era la niña de sus ojos, todo era risas y jugar con mariposas en los prados, y cosas así. Y ahora que tengo? Una hora y media cada dos semanas en J.D Mcfunnigans, con el...y su zorra.

-Koko-...Kiki.- reprocharon los mayores al unisono. Esto hizo que la niña saliera corriendo hacia uno de los juegos.

-Wow, le a afectado mucho.

-No solo son las pastillas que tomo de su madre.

-Es enserio?!- recriminó Izuku golpeando en el hombro al rubio ceniza.

-Ire a hablar con ella.- apunto el ceniza caminando hacia donde se encontraba la peligris.

-¿Y tú cómo estás pequeño?

-Estare mejor cuando tengas fichas para jugar.

-El es americano.- bufoneo el pecoso creando un espacio divertido.

-Disculpa, oye! Porque hiciste ese drama.

-Fue muy crudo y real, y justo en el momento, la verdad me sentí muy bien.

-A si? Pues yo no. Así que si quieres tu dinero, y tus clases de actuación, debes hacer las cosas no más historias tristes comprendes? Aunque ya estoy cansado de tu acentito, tienes que mantenerlo, no lo dejes entiendes.

-Ya entendí.

-Ahora abrázame, ríe mucho y hay que volver al show.

-Bueno.- comenzó a reír la niña mientras abrazaba a Katsuki, lo único que se escuchaba eran risas.

-Voltea allá.

-Oh! Ya no eres una zorra Kaminari.

-Que lindos...así son, se pelean hacen las pases y ya.- expuso el pecoso.

Un esposo de mentira||KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora