Capítulo 009

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Estaba acostada en un sofá que estaba en el gran patio de la casa, Bill aún no regresaba y mucho menos el otro sujeto que no pienso llamarlo por su nombre, aún no sabía cuánto tiempo más estaría aquí, o si Laura ya me estaría buscando.

Pude oír un par de pasos acercándose hasta donde estaba yo.

-Veo que ya te pusiste cómoda - decía Tom mientras se posaba aún lado de el sofá

-No tengo otra opción - respondí alzando la mirada para poder verlo

-Levántate, nos vamos-

-Yo no iré a ningún maldito lado con usted- bufé y opte por tomar una posición más cómoda

-No fue aviso, fue una orden-

-No me pienso mover de aquí- Y como si hubiera dicho lo contrario, el hombre me tomó del brazo para levantarme a la fuerza y cargarme sobre su hombro.

-!!Bájame!!, !!Que me bajes te digo!!- yo gritaba y pataleaba tratando de molestar al hombre pero eso no pareció importarle, llegamos al auto y el me bajo yo en cuanto toque el piso me di la vuelta para darle una bofetada

-Te dije que no me tocaras- fruncí el ceño molesta, él apretó su mandíbula y reaccionó de muy mala forma, me tomo de la mano, me dió la vuelta y azotó mi cabeza contra el espejo del auto

-Veo que ya olvidaste lo que te dije, compórtate o tendré que...lo interrumpí

-¿Matarme? Hazlo, prefiero eso que seguir siendo tu prisionera

-Entra al maldito auto y cierra la boca- me soltó y abrió la puerta para que yo pudiera entrar, el entro para sentarse a mi lado, yo me movió un poco hacia adelante para mirar por la ventana para ver si venía Bil

-El no vendrá-

-¿De qué hablas?- respondí

-Sabes de quién hablo, podemos irnos ahora- dijo dando la orden para que el auto arrancara

Todo el camino no dije ni una sola palabra, él tampoco lo hizo, y no ví la necesidad de romper ese silencio, hasta que una llamada de su celular se hizo presente.

-¿Qué quieres?- dijo al teléfono, parecía ser una llamada de mal gusto

-Te dije que no me llamaras, no me interesa nada de lo que me digas, mis hombres se harán cargo de ti me tienes harto- colgó la llamada

Me causó curiosidad saber quién era la persona detrás del teléfono, pues si de por si el hombre tiene un horrible carácter esa llamada pareció empeorar todo y ponerlo de mal humor.

-¿Ya vamos a llegar?- dije con dirección al hombre

-No molestes- respondió de muy mala gana

Decidí ignorarlo como lo había hecho anteriormente, el auto se detuvo en lo que parecía ser un estacionamiento , no había nada de gente en la calle y debió ser que el hombre cerró todo para nosotros e impedir que yo pidiera ayuda.

-¿Y las personas?,¿Porque no hay nadie?-

-¿Me creíste idiota o que?, Es obvio que irías a chillar con cualquiera para que te ayude, las personas aquí hacen lo que sea por dinero-

Dos hombres bajaron de la camioneta, eran los mismos hombres de la noche anterior, el me tomo de la muñeca y comenzó a caminar, entramos a muchísimas tiendas de ropa, el hombre solo atendía llamadas y no me tomaba importancia, el tenía dinero que yo iba a gastar, entramos a una tienda de lencería y escogió una en particular.

-Pruebate ésto- me estiró la mano con una bolsa en la mano, yo solo asentí y lo tomé y el salió de el vestidor.

Era una lencería bastante sensual, resaltaba mis curvas a la perfección, no era que tuviera mucho pero lo que tenía era suficiente para destacar mi pequeño cuerpo. El hombre entro sin previo avisó, me miró como si yo fuera una presa y el un lobo hambriento, me miró de arriba a bajo moviendo con su lengua su pieza de el labio.

-!Largo!... Vete ya o si no....

-¿O si no que?- metió sus manos el los bolsillos del pantalón, alzó su rostro y me miró fijamente

-Te garantizo que sera la última vez que lo veas- me di la vuelta mirando me en el espejo

El me agarró del cuello para pegarme contra la pared, sostuvo una de mis manos por detrás de mi espalda mientras que la otra estaba pegada en mi rostro evitando el golpe contra la pared, me había dolido bastante y antes de que una lágrima saliera el hablo.

-Yo lo pedí, y pienso verlo cuando yo lo ordene- me soltó y dió la vuelta saliendo del vestidor

No dude ni un segundo, me quite la maldita ropa, me vestí y decidí salir a enfrentarlo.

-Ya lo puedes ver cuando se te de la gana- se lo avente en el rostro y salí del lugar lo más rápido que pude, aunque los tacones no eran de mucha ayuda-

Seguí corriendo por muchas calles, creí que el me seguiría pero no fue así, llegue aún callejón en el que no había salida, pensé en regresar, pero la presencia de tres hombres se hicieron presentes en el otro lado

-¿Estás perdida preciosa?- dijo uno de ellos

-Una chica tan bella sola debe estar aquí solo para una cosa- el otro le respondió

Lo último que pensé fue en pedirles ayuda, pero estos tipos no tenian buenas intenciones

-Deberian irse, el hombre con el que vengo es muy...

-¿Muy que eh? No le tengo miedo bonita, si así fuera ¿porque te ha dejado sola?

Los hombres comenzaron acercarse, uno de ellos empezó a tocarse sus partes por fuera del pantalón, yo solo podía retroceder hasta pegar con pared. El miedo invadía mi cuerpo, mis pensamientos no dejaban de imaginar los posibles escenarios próximos a llegar.

-!!Ayúdenme por favor!!! Grite pero eso pareció dar luz verde a los tipos y se lanzaron contra mi...

Uno de ellos me tomo por la espalda, otro solo se empezó a masturbar y el otro comenzo a tocarme por fuera de mi vestido

-¿Te gusta eso bella?- me besaba el cuello una y otra vez, mientras su mano tocaba mis pechos con fuerza

-!!Dejenme ir, suéltame!!- gritaba una y otra ves con la esperanza de que alguien me escuchará pero recordé lo que Tom me había dicho y creí que sería inútil, el tipo que tenía encima me dió un puñetazo en el rostro provocándome un fuerte dolor, mi vista se nublo y solo escuchaba un zumbido en mis oídos y manos por todos lados, quería dejar de ser virgen, pero no de esta manera.

-Bien veamos que hay debajo de ese lindo vestido- comenzó a subirlo, las lágrimas comenzaban a salir, los hombres se veían decididos con lo que estaban pensando hacerme.

Uno de ellos sacó su miembro para que lo viera y comenzó a masturbarse encima mío, el otro me sujetaba mis piernas y el tercero sujetaba mis manos. Quería escapar, gritar, golpear, pero no podía moverme en lo más mínimo. Esto era un maldito infierno.

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ULTRAVIOLENCE- Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora